Hay un torrente de Vida dentro de mi corazón
que busca cómo filtrarse y salir al exterior.
A veces no me percato de tan grande bendición
y otras veces los problemas lo ahogan en mi interior.
Pero hay días en que al fin se escapa de su prisión
y con fuerza irresistible explota sin contención,
velozmente se derrama en colores de esperanza,
reverdeciendo lo yerto, reviviendo la ilusión.
¡Ay si yo nunca olvidara que llevo un cielo de Gracia...
qué presto se trocarían mis lágrimas en confianza,
qué diferente sería mi vida si rescatara
ese Tesoro escondido y nunca más lo enterrara! |