A ese niño pobre, solo, abandonado,
que camina por las calles de la gran ciudad,
con un mundo de tristeza en su mirada
y el alma cansada de vagabundear
A ese niño hambriento de cariño,
hambriento de mimos de papá y mamá
hoy que anunciarle que es más suya
esta nueva y luminosa Navidad.
Porque hace ya, muchos, muchos años
un niñito como el, nació en Belén,
era también pobre y no tenía abrigo,
ni pan para comer
Él nació una noche en un establo
pero nadie sabía que era Rey
y que junto con Él llegaba al mundo
la Justicia, el Amor, el Mayor Bien.
Y aunque crean algunos que se ha ido
ese niño pequeñito no se fue
se presenta pobre, solo, abandonado,
pero en otras ciudades, no en Belén.
A ese niño que se siente despreciado,
olvidado por la gente que está bien,
yo le quiero decir que es esa gente,
la que olvida al niñito de Belén.
A ese niño con alma de paloma,
con las manos cansadas de rogar,
que camina muy a prisa y que no sabe
a donde llegara,
hoy le quiero regalar una esperanza
que ilumina nuestra Navidad.
Ese niñito que nació una noche,
hace mucho, mucho tiempo en Belén,
¿volver? un día para siempre,
a visitarlo solamente a Él.
Llenara sus manos de regalos,
lo sentara en la mesa junto a Él
cubrirá su cuerpo con abrigo y
calzara sandalias en sus pies.
Cuando vuelva ese niño, hay que fiesta,
hay que fiesta tan hermosa le dará
pondrá un corazón nuevo en su pechito
y
en su alma enfermita, sanidad. |