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Por Miguel Ángel Osimani |
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GUIONES LITÚRGICOS - JULIO 2025 / AGOSTO 2025 |
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Domingo 06 de julio 2025 / 14° Domingo durante el año
—BIENVENIDA:
Celebramos hoy el domingo décimo cuarto del tiempo durante el año. Y cada Eucaristía que celebramos debe ser un fuerte compromiso a responder al llamado de Jesús a seguirlo viviendo como verdaderos discípulos suyos, cumpliendo sus exigencias, tal como nos lo manifestara el domingo pasado.
AMBIENTACIÓN:
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial
El Señor nos llama, nos deja su paz y nos envía a anunciar su presencia salvadora, que es nuestra paz, porque nos plenifica y nos da verdadera felicidad. Él nos ha elegido como sus discípulos y nos ha convertido en sus apóstoles para anunciar al mundo su paz, y nos pide que oremos para que se multiplique el número de los evangelizadores y que tengamos confianza, que Él no nos abandonará y que nuestra recompensa será grande, ya que nos promete el Reino de Dios.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Is 66, 10-14)
El Profeta lleva palabras de esperanza a una comunidad desalentada: la mano del Señor protege y consuela a su pueblo.
SALMO RESP.: (65, 1-3a. 4-7a. 16. 20)
R. ¡Aclame al Señor toda la tierra!
2ª. LECTURA: (Ga 6, 14-18)
Pablo nos manifiesta que lo realmente importante es ser una nueva creación, a la que sólo se puede llegar por la mística de la cruz.
EVANGELIO: (Lc 10, 1-12. 17-20)
En el santo Evangelio, Jesús nos manifiesta que Él envía a sus discípulos, y con ellos envía la paz, su paz.
HOMILÍA
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Hermanos, en nombre de Jesucristo, Príncipe de la Paz, presentemos a nuestro Padre del Cielo, esta oración filial, en la que le pedimos por las necesidades de toda la familia humana.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"SEÑOR, ESCÚCHANOS Y DANOS TU PAZ"
—Dios todopoderoso, para que los hombres encontremos en la Iglesia y el Papa León XIV, la guía en la búsqueda de un mundo nuevo donde reine la paz, la fraternidad y el amor universal que tu Hijo predicó con su palabra y con su vida, te pedimos...
—Padre eterno, para que el testimonio de nuestros obispos y todos nuestros sacerdotes, sean nuestra guía en la misión de ser anunciadores de la Buena Nueva de la salvación, te pedimos...
—Señor y Dios nuestro, para que todos los habitantes de nuestra nación nos unamos de verdad para construir esa Patria grande que soñaron sus forjadores, y busquemos, todos juntos, soluciones que nos ayuden a vivir en concordia y en paz, te pedimos...
—Dios, rico en misericordia, para que tantos hermanos nuestros que están sufriendo, que tienen hambre, que han quedado sin trabajo, sientan el amor de tu mano providente, en la generosa y solidaria ayuda que prestemos a su situación, te pedimos...
—Padre bondadoso, para que en nuestra comunidad, como verdaderos discípulos de Jesús, nuestro corazón esté henchido de esperanza, construida sobre la roca firme de nuestra fe en un Dios perdonador y misericordioso, te pedimos...
CELEBRANTE:
Dios rico en misericordia, atiende favorablemente estas peticiones que ponemos en tus manos, y concédenos la fortaleza y la sabiduría necesarias para comprometernos verdaderamente con la misión de tu Hijo. Te lo pedimos por Él, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
En este pan y este vino que ahora presentamos debe estar contenido nuestro compromiso a transformar un mundo secularizado y olvidado de Dios, en un mundo que ya ahora sea Reino de Dios.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Expresemos nuestro agradecimiento al Padre, que no sólo que en Cristo nos ha dado la salvación, sino que también ha querido que esa salvación llegara a todos los hombres con nuestro compromiso y nuestra colaboración.
—COMUNIÓN:
Cada Eucaristía es un llamado concreto a ser otros Cristo, que caminemos tras sus huellas, llevando su mensaje de amor, de paz, de fraternidad, a todos los hombres, sintiéndolos verdaderamente nuestros hermanos.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Cada Eucaristía debe motivar en nosotros un nuevo compromiso con el Señor, que hoy nos envía a llevar a nuestros hermanos su mensaje de amor y de paz; pero también nos pide que tengamos sus mismos sentimientos, por eso, en este momento tan difícil que vivimos, es necesario que seamos verdaderamente solidarios con el sufrimiento de los que menos tienen.
Nos despedimos cantando... |
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Domingo 13 de julio 2025 / 15° Domingo durante el año
—BIENVENIDA:
Nos encontramos nuevamente reunidos en el nombre del Señor, en este domingo décimo quinto durante el año, y hoy también el Señor nos invita a escuchar su palabra, la que nos presentará el mensaje fundamental de la Ley Antigua, que Jesucristo nos explicará con nuevas palabras.
El Señor es hoy bien claro: debemos amarlo con todo nuestro ser, ya que Él es nuestro único Dios, Creador y Padre; amor que nos implica también amar a nuestro prójimo, ya que es imposible amar a Dios si no amamos verdaderamente al hombre, que es hijo de Dios. Nos invita a descubrirlo en todo hombre que se acerca a nosotros y nos necesita. Hoy nos muestra el camino del amor invitándonos a recorrerlo como único camino hacia Él.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Dt 30, 9-14)
Ya en el Antiguo Testamento Dios es bien claro y terminante: los mandamientos, que se sintetizan en el amor, son el fundamento de nuestra relación con Él.
SALMO RESP.: (68, 14. 17. 30-31. 36-37)
R. Busquen al Señor y vivirán.
2ª. LECTURA: (Col 1, 15-20)
El Apóstol nos dice que Cristo es por quien todo fue hecho; es el principio y el fin de todo lo creado; Él es la definitiva y total Alianza de Dios con el hombre.
EVANGELIO: (Lc 10, 25-37)
En la parábola que ahora vamos a escuchar, Jesús nos enseña claramente la aplicación concreta del gran mandamiento del amor.
HOMILÍA
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Queridos hermanos, que el mandamiento cristiano fundamental, el del amor a Dios y al prójimo, inspire hoy esta oración que elevamos al Dios del amor pidiendo por todos los hombres, nuestros hermanos.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"PADRE, ESCUCHA NUESTRA ORACIÓN"
—Padre, te pedimos por la Santa Iglesia, para que siempre, en todas sus actividades, sea esa casa acogedora, esa posada abierta a todos, donde es posible encontrar la medicina material o espiritual que el enfermo necesita, oremos...
—Señor, te pedimos por el Papa León XIV y nuestro obispo, para que sean un permanente ejemplo que nos ayude a formar una Iglesia diocesana en la que hagamos realidad el mandato del amor: que no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y en verdad, oremos...
—Dios nuestro, te pedimos para que todos los hombres del mundo escuchen en lo profundo de su corazón, el mensaje de tu Hijo, y así los pueblos puedan reencontrarse y vivir en la concordia y en la paz, oremos...
—Dios rico en misericordia, te pedimos por tantos hermanos nuestros que sufren, que están solos, que han sido marginados, para que sientan el amor de tu mano providente, en la generosa y solidaria ayuda que prestemos a su situación, oremos...
—Señor, te pedimos por toda nuestra comunidad, para que nos esforcemos por avivar nuestra piedad, superar los odios, perdonar las injurias, vencer todo rencor y división, amando al prójimo como Cristo nos amó, oremos...
CELEBRANTE:
Padre, acércanos más y más a tu Reino por el camino del amor a ti, único Dios vivo y verdadero, y a nuestro prójimo, según el mandamiento que hiciste escuchar al pueblo de Israel y que en su Evangelio nos renovó tu Hijo, Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Pongamos ahora, sobre el altar, nuestra ofrenda de un amor sincero y total a Dios, por sobre todas las cosas, y un amor como el de su Hijo por nosotros, hacia cada uno de nuestros hermanos.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Por este sacramento, Jesucristo renueva sobre este altar el sacrificio de la cruz. Unámonos, por la acción de gracias, a nuestro único Sacerdote, que vive siempre ante el Padre y está presente entre nosotros para interceder por todos los creyentes.
—COMUNIÓN:
De una vez para siempre Cristo nos redimió en el sacrificio de la cruz. Ahora, por la renovación de este sacrificio, participamos en la comunión del Cuerpo entregado por nosotros y de la Sangre que nos salva de nuestros pecados.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
La celebración de hoy nos ha ayudado a descubrir que todo hombre, todos los hombres, son nuestro prójimo, sin distinción de razas o colores, sin afinidades de carne y sangre, sin consideraciones de dinero o posición social. Esta es la gran dimensión cristiana que debemos vivir de verdad, cada día.
Nos despedimos cantando...
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Domingo 20 de julio 2025 / 16° Domingo durante el año
—BIENVENIDA:
Hermanos, celebramos el domingo décimo sexto durante el año, y hoy el Señor, que nos ha llamado y viene a nuestro encuentro, nos va a hablar de cómo debe ser nuestra actitud para recibirlo, ya que su visita es lo único importante y lo que realmente debe retener toda nuestra atención.
El Señor viene a nosotros y nos pide que lo recibamos y lo escuchemos, previniéndonos acerca de los excesivos afanes, preocupaciones y ansiedades por tantas cosas que nos rodean y que generalmente ponemos en primer lugar, lo que nos impide una actitud de escucha y meditación de la Palabra de Dios. Hoy Jesús nos manifiesta que viene a traernos el Reino de Dios, lo único importante y ante lo cual todo lo demás debe ceder en importancia. Hoy nos invita a saber elegirlo.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Gn 18, 1-10a)
Este relato nos presenta una escena familiar, y por la hospitalidad con que Abráhan recibe la visita del Señor, Dios lo premia con la fecundidad de Sara, que es el cumplimiento de la promesa que Él mismo le hiciera.
SALMO RESP.: (14, 2-5)
R. Señor, ¿quién entrará en tu Casa?
2ª. LECTURA: (Col 1, 24-28)
Pablo nos manifiesta que Cristo nos revela la riqueza de Dios en la pobreza de la cruz, siendo él, Pablo, distribuidor de la misma a los hombres.
EVANGELIO: (Lc 10, 38-42)
En el Evangelio, Jesús nos manifiesta el valor de la escucha de la Palabra de Dios.
HOMILÍA
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Seguros del amor de nuestro Padre del Cielo, que nos lo da gratuitamente, presentémosle ahora nuestra oración de verdaderos hijos suyos, por nuestras necesidades y las de todos los hombres.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"QUE TU PALABRA ABRA NUESTRO CORAZÓN"
—Padre todopoderoso, para que la predicación de tu Iglesia y del Papa León XIV, transformando nuestras vidas por la recepción del mensaje de tu Hijo, nos empuje a la transformación del mundo, te pedimos...
—Para que en nuestra Iglesia diocesana, sostenida permanentemente por la Palabra de Jesús, se viva una intensa vida de oración, siendo contemplativa y al mismo tiempo trabajando sin descanso por el Reino de Dios., te pedimos...
—Para que todos los jóvenes lleven a los cuatros rincones del mundo la fe, la esperanza y la caridad, convirtiéndose en grandes constructores de la cultura de la vida y de la paz y los protagonistas de un nuevo mundo, te pedimos...
—Para que tantos hermanos nuestros que carecen de trabajo y sus familias de lo indispensable para vivir dignamente, reciban nuestra ayuda fraterna que les ayude a seguir esperando, te pedimos...
—Para que a todos los que formamos esta comunidad, la excesiva preocupación por las cosas materiales no nos haga imposible el silencio interior que necesitamos para acoger a Dios, y para dejarnos acoger por Él., te pedimos...
CELEBRANTE:
Padre bueno, escucha la oración de tu Iglesia y concédenos el que siempre y por sobre todas las cosas, busquemos en tu Hijo el único alimento para la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Hoy más que nunca ofrezcamos a nuestro Padre, el hacer de nuestras vidas una verdadera oblación a Él, pidiendo por sobre todo, que su Reino venga a nosotros.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Elevemos nuestra acción de gracias a nuestro Padre, que nos ha dado a su Hijo en un inconcebible acto de amor, y con Él, el camino para buscar por sobre todo, el Reino de Dios y su justicia.
—COMUNIÓN:
Hemos sido alimentados por la Palabra de Dios, y ahora se nos ofrece su mismo Hijo en este sacramento de vida que compartimos fraternalmente con nuestros hermanos, y que nos da la certeza que ya el Reino de Dios está en medio nuestro.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
El Señor nos ayude a todos a que, a pesar de todas las dificultades y todas las preocupaciones de la vida presente, sepamos recibir a Jesús que nos visita y quiere hacernos sus discípulos, y para ello es necesario que lo escuchemos.
Nos despedimos cantando...
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Domingo 27 de julio 2025 / 17° Domingo durante el año
—BIENVENIDA:
Cada vez que celebramos la Eucaristía, como la de este domingo décimo séptimo durante el año, estamos celebrando gozosamente la Pascua del Señor, con el compromiso de dar testimonio, de comunicar la Buena Nueva, sintiendo la necesidad de entrar en comunión y diálogo con los hombres que necesitan conocer a Dios.
Hoy el Señor nos enseña a orar, a dirigirnos a nuestro Padre, con humildad y confianza filial, sin descanso, insistentemente, en un diálogo amoroso de apertura y aceptación de la voluntad de Dios, que no siempre coincide con nuestros deseos. Y esta oración siempre es escuchada por nuestro Padre bueno, ya que Él espera nuestra respuesta al amor que constantemente nos ofrece. La oración del hombre justo atrae la misericordia y obtiene el perdón de los demás.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Gn 18, 20-21. 23-32)
Este modelo del Antiguo Testamento, es un modelo del diálogo de amigo con Dios, es un modelo de cómo Él está siempre dispuesto a escucharnos.
SALMO RESP.: (137, 1-3. 6-7a. 7c-8)
R. ¡Me escuchaste, Señor, cuando te invoqué!
2ª. LECTURA: (Col 2, 12-14)
El Apóstol nos manifiesta que en Cristo, Dios nos ha perdonado y nos ha dado la verdadera vida.
EVANGELIO: (Lc 11, 1-13)
Hoy, en el santo Evangelio, es el mismo Jesús quien nos enseña cómo dirigirnos a nuestro Padre del Cielo.
HOMILÍA
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Queridos hermanos, siguiendo las palabras de Jesús, que nos enseña que debemos orar siempre, insistentemente y sin desanimarnos, presentemos al Padre nuestras necesidades.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"PADRE, ESCÚCHANOS Y ENSÉÑANOS A ORAR"
—Padre nuestro, para que en la Iglesia y en el mundo, se escuche el llamado del Papa León XIV y los que tienen más recursos y los poderes públicos, no se cansen de trabajar por un mundo más justo y más solidario, no permaneciendo indiferentes ante las desigualdades existentes, te pedimos...
—Para que respondiendo al pedido del Papa, nuestra Iglesia diocesana salga a la calle, rechazando todo lo que sea mundanidad, instalación o comodidad y el estar encerrados en nosotros mismos, te pedimos...
—Para que en nuestra patria, los ancianos no claudiquen de ser la reserva cultural de nuestro pueblo, que transmiten la justicia, que transmiten la historia, los valores y la memoria del pueblo, te pedimos...
—Para que tantas familias que se encuentran sufriendo necesidades que les impiden vivir dignamente, encuentren el acompañamiento de tu amor y bondad infinita, en nuestra ayuda fraterna, te pedimos...
—Para que toda nuestra comunidad sea insistente en la oración, pero también esforzada en el amor fraterno y valiente en el anuncio del Evangelio hecho desde el testimonio de nuestras vidas, te pedimos...
CELEBRANTE:
Escucha, Padre, las plegarias que te hemos presentado, tú que eres nuestro auxilio. Atiende nuestros anhelos y danos todo aquello que no nos atrevemos a pedirte. Por Cristo, nuestro Señor.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Presentemos ahora, sobre la mesa del altar, un sincero deseo de establecer con nuestro Padre, un auténtico diálogo de amor, en una verdadera disponibilidad de aceptación plena de su voluntad.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
El Señor escucha siempre a su pueblo; el Señor nos bendice siempre con su infinito amor. Por ello ahora que renovaremos una vez más el mayor don de su bondad, démosle gracias con alegría.
—COMUNIÓN:
El entrar en una íntima comunión con Cristo nos implica entrar también en una íntima y verdadera comunión con todos y cada uno de nuestros hermanos, y así toda nuestra vida se hace una auténtica oración a Dios.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Cada Eucaristía en la que participamos debe producir en nosotros verdaderos frutos, y el de hoy debe ser una mayor y mejor participación del momento más importante para dialogar con el Señor: la liturgia eucarística. Así, viviéndola plena y conscientemente, será la fuente de toda oración y la garantía de su autenticidad.
Nos despedimos cantando... |
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Domingo 03 de agosto 2025 / 18° Domingo durante el año
—BIENVENIDA:
Celebramos hoy el domingo décimo octavo durante el año, con esta Eucaristía que debe llevarnos a la actitud equilibrada del cristiano de hoy y de siempre, que viene dictada por la realidad que ha surgido en nosotros con el bautismo: resucitados con Cristo debemos buscar las realidades de arriba. Allí reside el sentido de nuestra vida.
El Señor hoy nos pone en guardia contra nuestra búsqueda equivocada de felicidad en la acumulación de riquezas, de bienes materiales, siendo la muerte la que marca el final de su posesión. La verdadera felicidad está en ser espiritualmente ricos a los ojos de Dios, riqueza que durará para siempre. Y Él nos dice que, como administradores de los bienes, debemos, con ellos, ayudar a los demás.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Ecle 1, 2; 2, 21-23)
Del Antiguo Testamento leemos este texto, que quiere expresarnos que el trabajo no debe ser todo en nuestra vida, que ante todo, debe estar orientada hacia Dios.
SALMO RESP.: (89, 3-6. 12-14. 17)
R. Señor, Tú has sido nuestro refugio.
2ª. LECTURA: (Col 3, 1-5. 9-11)
Buscar las realidades de arriba no es únicamente un consejo moralizante de san Pablo, sino una consecuencia de nuestra realidad de hijos de Dios.
EVANGELIO: (Lc 12, 13-21)
En esta parábola que vamos a escuchar en el santo Evangelio, Jesús nos enseña que la riqueza no es un mal en sí misma, ella nos hace muy difícil el camino hacia el Reino de Dios.
HOMILÍA
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Hermanos, como verdaderos hijos de un mismo Padre, presentémosle ahora nuestras necesidades, en la certeza que Él siempre nos escucha y nos concede todo aquello que nos asegura la verdadera felicidad: la vida eterna.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"SEÑOR, ESCUCHA NUESTRA ORACIÓN"
—Señor de la vida, te pedimos por la Santa Iglesia y el Papa León XIV, para que en su enseñanza podamos descubrir que lo importante no es amasar riquezas y honores, sino ser ricos a tus ojos, y que sólo así podremos vivir serenos y tranquilos, sin temer ni a la muerte ni a la vida, oremos...
—Te pedimos por nuestro obispo y nuestros sacerdotes, para que sus ejemplos de vida nos fortalezcan en la tarea de vivir como personas resucitadas, revestirnos de Cristo y dando muerte al hombre viejo, vivir como hombres nuevos, gobernados por la gracia de Dios, oremos...
—Te pedimos por nuestra querida Patria, para que todos los que habitamos esta tierra, trabajemos incansablemente porque una justicia tan largamente esperada, llegue a tantos hermanos que sufren a causa de su ausencia, oremos...
—Te pedimos por tantas familias de nuestra comunidad que se encuentran sufriendo, para que sientan tu mano providente y tu amor de Padre, en nuestra ayuda fraterna, oremos...
—Te pedimos por todos los que integramos esta comunidad, para que nunca cerremos nuestro corazón por el apego a las riquezas, sino que busquemos por sobre todas la cosas, el tesoro de la riqueza espiritual que da la verdadera felicidad, oremos...
CELEBRANTE:
Padre bueno, te pedimos que atiendas estas súplicas que hemos puesto en tus manos y nos concedas la fortaleza y sabiduría necesarias para que siempre busquemos, por sobre toda riqueza y seguridad material, los bienes eternos. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Un sincero compromiso a ser hombres nuevos, que buscan por sobre toda riqueza material, la verdadera, la del espíritu, es lo que ahora debemos ofrecerle a nuestro Padre del Cielo.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Con inmensa alegría elevemos nuestra acción de gracias a Dios, porque en su Hijo nos ha dado la felicidad eterna y el camino seguro para llegar a ella.
—COMUNIÓN:
El entrar en comunión con Cristo es entrar también en comunión con todos nuestros hermanos; es hacernos otros Cristo, con sus mismos sentimientos y con su mismo obrar.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Esta Eucaristía que hemos celebrado, debe producir en cada uno de nosotros, un sincero compromiso a no vivir ya más condicionado, en nuestra vida espiritual, por las convulsiones y preocupaciones de las riqueza materiales.
Nos despedimos cantando... |
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