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Por Miguel Ángel Osimani
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GUIONES LITÚRGICOS - NOVIEMBRE 2025 / DICIEMBRE 2025
   
-Domingo 16 de Nov. 2025 - Domingo 33° del tiempo ordinario - Ciclo C
-Domingo 23 de Noviembre 2025 - Domingo de Cristo Rey - Ciclo C
-Domingo 30 de Noviembre 2025 - Domingo 1° de Adviento - Ciclo A
-Domingo 07 de Diciembre 2025 - Domingo 2° de Adviento - Ciclo A
-Lunes 08 de Diciembre 2025 - Solemnidad de la Inmaculada Concepción
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Domingo 16 Noviembre 2025 / 33° Domingo durante el año - Ciclo C

—BIENVENIDA: 

Celebramos hoy el penúltimo domingo del año litúrgico, al que llegaremos a su fin el próximo con la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey Universal: la fiesta de Cristo Rey.

Y cada año en estos últimos domingos y en los primeros de Adviento, se subraya el aspecto "escatológico" de la vida cristiana: esa gozosa espera de la venida gloriosa del Señor, que Él nos anuncia advirtiéndonos que nadie puede saber con seguridad, cuándo ocurrirá.

El Señor nos hace una enérgica llamada a vivir en una perseverante fidelidad a la voluntad de Dios, en medio de las dificultades, incomprensiones y cruces de la vida presente, que no deben doblegarnos, ya que contamos con la confortante promesa de la protección divina en medio de la tribulación, lo que nos asegura la salvación. Hoy el Señor nos llama a emprender cada jornada como si fuera la última, pero viviendo, sin embargo, en la fe y la responsabilidad como si nos quedara un largo porvenir.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Mi 3, 19-20a) 

Al volver a Jerusalén, después del destierro, los israelitas encontraron una situación muy difícil, y se extrañan de que el Señor no les recompense más rápidamente su fidelidad.

SALMO RESP.:    (97, 5-9)      

R. El Señor viene a gobernar los pueblos.

2ª. LECTURA:     (2 Ts 3, 6-12)   

Pablo nos exhorta a no ser una carga para nadie, indicándonos que con nuestro trabajo debemos contribuir a humanizar la tierra y a edificar desde ahora, el Reino.

EVANGELIO:   (Lc 21, 5-19)

Jesús, en el Evangelio, anuncia que los signos precursores del final de los tiempos son el sufrimiento y la persecución, es decir, la prueba.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos, oremos con abierta esperanza, a Dios creador del universo y Padre de todos los hombres; con la certeza que Él nunca deja de escucharnos, presentémosle estas necesidades.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"SEÑOR, ESCÚCHANOS Y HAZNOS FIELES EN LA PRUEBA"

—Señor, te pedimos por la Iglesia y el Papa León XIV, para que sea siempre testimonio vivo del anuncio de un nuevo mundo, en el que el odio se convierte en amor, la duda en verdad, la discordia en paz, el dolor en placer y la tristeza en alegría, oremos...

—Señor, te pedimos por nuestros obispos y nuestros sacerdotes, para que sean nuestros permanentes guías para formar Iglesias diocesanas en la que todos, actuando como miembros vivos de ellas, vivamos en la gozosa espera de la venida gloriosa de tu Hijo, oremos...

—Señor, te pedimos por todos los habitantes de nuestra patria, para que actuando con honestidad, justicia y solidaridad, podamos construir una nación en la que se respete la ley divina y en la que ya no exista más la inmoralidad y la corrupción, oremos...

—Señor, te pedimos por tantos hermanos que sufren en nuestra patria, para que encuentren en nuestra ayuda fraterna, tu amor de Padre que nunca los abandona, oremos...

—Señor, te pedimos por todos los cristianos, para que reavivemos la esperanza en la certeza que el Dios que nos creó por amor y que nos ha enviado a su Hijo para que sea nuestro compañero de camino no nos dejará abandonados en la mitad de la noche y que sólo  pide nuestra perseverancia, a pesar de las dificultades, oremos...

 

CELEBRANTE:

Dios y Padre nuestro, atiende nuestra oración. Haz que las dificultades de nuestra vida de cada día, no nos hagan olvidar de tu gran promesa de vida plena, y que, movidos por esta esperanza, trabajemos por construir tu Reino aquí y ahora. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Presentemos a Dios nuestro compromiso de trabajar para ayudar en la creación de nuevas condiciones de vida, en la equitativa distribución de los bienes, en la solidaridad y el servicio.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

El Señor que ya vino, el Señor que vendrá en los últimos tiempos, es el mismo Señor que se hace presente ahora en esta celebración; por ello, demos con alegría, gracias a nuestro Padre.

COMUNIÓN:

Mientras nos encontramos en serena y confiada espera de la segunda venida del Señor, recibimos el alimento de su Palabra, y ahora el de su Cuerpo y Sangre, entrando en una íntima comunión con Él y recibiendo ya un anticipo de esa gloria futura.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Terminamos nuestra celebración y volvemos a nuestros hogares, a nuestros trabajos, sabiendo que esta Eucaristía nos invita a un compromiso serio en este mundo, en donde todo debemos verlo en referencia a ese otro mundo que no pasa, que dura para siempre.

Nos despedimos cantando...

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Domingo 23 de Novirmbre 2025 / Solemnidad de Cristo Rey del Universo - Ciclo C

—BIENVENIDA: 

"Hoy, último domingo del año litúrgico, celebramos la solemnidad de nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo.

Al término del camino de un año, la Iglesia profesa que el que fue crucificado y resucitó es el Señor del mundo y de la historia: la luz de la Pascua se proyecta sobre todo el cosmos y lo ilumina. Es la luz del amor y de la verdad, que rescata el universo de la muerte, causada por el pecado y renueva el designio de la creación, para que todas las cosas adquieran su pleno significado y se reconcilien con Dios y entre sí."

El Señor del universo nos hace fijar hoy nuestra mirada en Jesucristo, verdadero Rey, Dueño y Señor de la historia, no como rey temporal, sino como Rey espiritual y de vida, que quiere reinar por el amor en el corazón de cada hombre, de cada familia y de toda la sociedad. Y Él nos llama a todos sus seguidores, no sólo a vivir el amor, sino a ser constructores de la civilización del amor, para que en nuestro mundo reine verdaderamente la justicia, la caridad y la solidaridad.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (2 S 5, 1-3) 

Escuchemos una historia del tiempo en que el pueblo de Israel empezaba a existir como nación, que es como una imagen de nuestra historia, del nuevo pueblo de Dios que somos nosotros, reunidos en torno a Jesucristo.

SALMO RESP.:    (121, 1-2. 4-5)      

R. ¡Vamos con alegría a la Casa del Señor!

2ª. LECTURA:     (Col 1, 12-29)   

Escuchamos ahora un verdadero himno de Pablo a Jesucristo, nuestro guía, el guía de toda la humanidad.

EVANGELIO:   (Lc 23, 35-43)

En el Evangelio vemos a Jesucristo, que por la sangre de su cruz, ha reconciliado el universo y ha llenado de vida el mundo.

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos, conociendo la infinita misericordia de Dios, nuestro Padre, que siempre nos escucha, unidos por la misma fe y la misma esperanza, dirijámosle ahora, por su Hijo, nuestra plegaria filial.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"POR CRISTO REY, ESCÚCHANOS SEÑOR"

—Señor del universo, te pedimos por la Iglesia y el Papa León XIV, para que todos los hombres reconozcamos en su permanente testimonio de la verdad, a Cristo el Señor, oremos...

—Dios todopoderoso, te pedimos por nuestro obispo y todos los que cuidan de este pueblo tuyo, para que bajo su guía, caminemos hacia el Reino universal y eterno, formando una comunidad verdaderamente comprometida con la construcción de la civilización del amor, oremos...

—Señor de la historia, te pedimos por nuestra querida patria, para que tu Hijo Jesucristo sea realmente quien reine en ella, en nuestras vidas, en nuestras familias y en toda nuestra sociedad, oremos...

—Dios de todo consuelo, te pedimos por nuestros hermanos más necesitados, para que sea realidad cada vez más para ellos, la alegría del Reino de Jesucristo, reino de amor y de verdad, de justicia y de paz, oremos...

—Padre misericordioso, te pedimos por todos los cristianos, para que tomando conciencia de nuestra vocación y misión, asumamos el compromiso de que no debemos huir de este mundo, sino implicarnos en su transformación aquí y ahora, sin esperar que llegue pasivamente el "Reino de los cielos", oremos...

 

CELEBRANTE:

Padre bueno, escucha lo que con fe te hemos pedido y concédenos el que siempre trabajemos comprometidamente para extender el Reino de tu Hijo a todos los hombres y a todo el mundo. Te lo pedimos por Él, que es Dios y contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Ofrezcamos a Dios toda nuestra vida, familia, trabajo y cosas, para que siendo verdaderos testigos de Cristo, allí donde Él nos colocó, demos testimonio de fraterna entrega al servicio de nuestro prójimo.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Demos gracias al Padre, de todo corazón, que en su infinita misericordia nos dio el gran don de su Hijo. Él nos ha abierto el camino del Reino y nos hace participar en la tarea de conducir por él, a todos nuestros hermanos.

COMUNIÓN:

Al acercarnos a comulgar, recordemos las palabras de Jesús: "Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino"; su Cuerpo es ya un anticipo de esta invitación.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Antes de comenzar, el próximo domingo, el nuevo año litúrgico, con el tiempo de Adviento, hemos celebrado la fiesta de Cristo Rey; que nuestro propósito al despedirnos, sea el de vivir cada vez más como discípulos y seguidores de este Rey, para construir así, ya ahora, en nuestro mundo, su Reino: la civilización del amor.

 

Nos despedimos cantando...

 

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Domingo 30 Noviembre 2025 / 1° Domingo de Adviento - Ciclo A

—BIENVENIDA: 

Hoy, la Iglesia Universal celebra el domingo primero de Adviento, iniciando un nuevo año litúrgico, y dentro de él, iniciamos concretamente, el ciclo "A".

De nuevo ha llegado el Adviento, tiempo de espera gozosa, de vigilancia. En el alma brota el anhelo, el deseo vivo de que Jesús llegue hasta nosotros. Por eso repetimos como los primeros cristianos: ¡Maranatha, ven, Señor Jesús!

En este tiempo de alegre esperanza, el Señor nos recuerda el encuentro trascendental que compromete toda nuestra vida: el encuentro con Cristo, que vino hace dos mil años y que vendrá glorioso al final de los tiempos, pero que viene constantemente a nosotros, en su Palabra, en sus sacramentos, y esto nos exige permanecer en vigilante espera para poder descubrir su presencia en nuestras vidas.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Is 2, 1-5) 

El anuncio del Profeta nos acompañará a lo largo de todo este tiempo hasta la Navidad. Un anuncio que se repite desde hace muchos siglos y que también hoy nos llena de alegría.

SALMO RESP.:    (121, 1-2. 4-9)      

R. ¡Vamos con alegría a la Casa del Señor!

2ª. LECTURA:     (Rm 13, 11-14a)   

Las palabras del Apóstol son una clara exhortación para nuestra manera de vivir cada día. Escuchémoslas con suma atención.

EVANGELIO:   (Mt 24, 37-44)

Escuchemos ahora al mismo Jesús que nos manifiesta claramente que debemos estar preparados para el día en que vendrá a nosotros, ya que no conocemos cuándo será, ni a qué hora ocurrirá.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Hermanos, con la confianza de que "nuestra salvación está más cerca", como nos lo ha manifestado san Pablo, oremos con toda esperanza. Oremos por todos nosotros y por todos los hombres del mundo, nuestros hermanos.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"SEÑOR, AYÚDANOS A PREPARAR TU VENIDA"

—Padre, para que por la predicación de la Santa Iglesia y de nuestro Papa León XIV, los hombres nos convirtamos y en este tiempo de esperanza activa, permanezcamos en gozosa y vigilante espera del Hijo de Dios, te pedimos...

—Padre, para que bajo la guía segura de nuestros obispos y nuestros sacerdotes, peregrinemos en la alegre espera, construyendo una Iglesia diocesana que viva aguardando al Mesías que viene a salvarnos, te pedimos...

—Padre, para que todos los habitantes de esta querida patria convirtamos nuestro corazón y así podamos construir una nación en la que verdaderamente reine la justicia, la fraternidad y la solidaridad, especialmente con los que menos tienen, te pedimos...

—Padre, para que en cada necesitado, pobre, enfermo, abandonado, sin techo, sin trabajo, veamos al mismo Cristo que hoy también viene a nuestro encuentro, y lo recibamos, en ellos, como Él lo merece, te pedimos...

—Padre, para que a toda nuestra comunidad esta venida del Señor nos encuentre preparados y caminando a su encuentro, para que Él pueda alojarse en nuestra casa con alegría y con amor y así podamos celebrar cristianamente la Navidad, te pedimos...

 

CELEBRANTE:

Padre, tú que no abandonas la obra de tus manos, mira a este pueblo que espera con fe la venida de tu Hijo, y por la intercesión de María, Virgen y Madre, escucha las súplicas que te presentamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Junto al pan y el vino presentemos también una sincera disposición a vivir en la gozosa y atenta espera del Hijo de Dios, que viene a nuestro encuentro en cada momento de nuestra vida.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Unamos nuestras voces y nuestros corazones en la acción de gracias a nuestro Padre del Cielo, que nos ha dado a su Hijo y nos ayuda, con su Espíritu, a una sincera conversión de nuestras vidas.

COMUNIÓN:

Jesús vino al mundo por María, vendrá glorioso al final de los tiempos, pero también viene diariamente a nosotros en la presencia de cada hermano necesitado y en este Pan con que ahora quiere alimentarnos.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Debemos permanecer vigilantes: ¿Dios, cuando vuelva, encontrará cristianos dormidos o, fieles despiertos y siendo centinelas? ¿Encontrará a los creyentes mirando a la estrella o seducidos y adormecidos por el reclamo comercial o el afán publicitario?

Nos despedimos cantando...

 

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Domingo 07 de Diciembre 2025 / 2° Domingo de Adviento - Ciclo A

—BIENVENIDA: 

Celebramos el segundo domingo de Adviento, el tiempo fuerte en que nos preparamos para recibir al Señor que viene a nuestro encuentro en esta Navidad.

En este tiempo nuestra madre, la Iglesia, nos urge a una renovación profunda de nuestras vidas, en la gozosa espera del Señor que viene a salvarnos.

Hoy el Señor nos urge a una cambio total de nuestras vidas, en un abandono de nuestras anteriores conductas de deshonestidad e hipocresía, convirtiéndonos de verdad, viviendo una auténtica generosidad y solidaridad; siendo más santos, ya que Él nos ofrece, no sólo el perdón de nuestros pecados, sino la vida de la gracia, o sea, la participación en su misma vida divina.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Is 11, 1-10) 

La primera lectura de hoy es nuevamente un gozoso anuncio del profeta Isaías; un anuncio de Aquél que ha de venir a renovar la vida y la historia de los hombres.

SALMO RESP.:    (71, 1-2. 7-8. 12-13. 17)      

R. Que en sus días florezca la justicia

2ª. LECTURA:     (Rm 15, 4-9)   

Dios, en su infinita misericordia, ha querido que el anuncio salvador y la vida nueva de Jesucristo, llegara no sólo al pueblo de Israel, sino a todos los hombres, a los que Él llama a la salvación.

EVANGELIO:   (Mt 3, 1-12)

Escuchemos ahora, al mismo Jesús que, por boca del Bautista, nos interpela y nos manifiesta que de nada valen las palabras: es necesario que demostremos con hechos concretos que queremos convertirnos.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos, oremos con toda esperanza; oremos por todos nosotros y por todos los hombres del mundo, nuestros hermanos, pidiendo a nuestro Padre del Cielo que su Hijo venga a nosotros.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"VEN PRONTO SEÑOR, Y NO QUIERAS TARDAR MÁS"

—Por la Iglesia y el Papa León XIV, para que por su predicación todos los hombres busquemos la conversión sincera de nuestras vidas para recibir a tu Hijo que viene a salvarnos, oremos...

—Por nuestro obispo y todos los que cuidan de este pueblo tuyo que peregrina en esta diócesis, para que sean nuestro permanente ejemplo para una efectiva renovación de nuestra comunidad, según el Espíritu de Jesús, oremos...

—Por nuestra querida patria, para que, transformando nuestros corazones y dejando nuestras conductas anti-evangélicas, podamos construir una nación más justa, más fraterna y más solidaria, oremos...

—Por tantos hermanos nuestros que se encuentran sufriendo y viviendo en situaciones límites, para que en la Virgen Madre, encuentren el modelo de espera gozosa del Señor Jesús, oremos...

—Por todas las familias de nuestra comunidad, para que por la auténtica conversión de nuestras vidas, apartándonos del pecado y la soberbia, nos preparemos convenientemente para recibir al Señor y celebrar con un auténtico espíritu cristiano la Navidad, oremos...

 

CELEBRANTE:

Señor del Universo, Padre de los hombres, acepta nuestras oraciones y danos tu Espíritu Santo, para que nos ayude a convertir de verdad nuestros corazones y poder recibir el gozo pleno de tu Reino. Te lo pedimos por tu Hijo que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Las ofrendas que ahora presentamos sobre la mesa del altar, tienen que expresar verdaderamente nuestro ferviente deseo de convertirnos e iniciar una nueva vida: la vida de la gracia.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Por Cristo, hemos conocido la salvación de Dios, y queremos realmente vivirla y anunciarla con nuestras vidas. Por eso damos gracias al Padre, en comunión con su Hijo y con su Espíritu.

COMUNIÓN:

Jesucristo está verdaderamente presente entre nosotros de una manera especialmente viva por medio de la comunión. Y esta presencia es lo que nosotros hemos de hacer llegar a todos los hombres mediante signos de amor. Presencia que será definitiva y total con el retorno del Señor.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Cada Eucaristía debe producir en nosotros un compromiso de vida, y hoy hemos escuchado la dureza de las palabras de san Juan Bautista, que deben ayudarnos a que el de hoy sea el no sobrevalorar las cosas terrenales, estimando por sobre todo y sobre todos, las del cielo.

Nos despedimos cantando...

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Lunes 08 de diciembre 2025 / Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María

—BIENVENIDA: 

Celebramos hoy, junto a la Iglesia universal, la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.

"Esta significativa fiesta mariana se sitúa en el marco del Adviento, tiempo de preparación para la Navidad, caracterizado por la vigilancia y la oración. Tiempo en el que María nos acompaña y nos indica cómo hacer vivo y activo nuestro camino hacia la Noche Santa de Belén."

Y hoy el Señor nos anuncia, en las palabras del Ángel, la salvación que ya está cerca: su Hijo se hace hombre para que el hombre sea hijo de Dios. Y María es la mujer que acogió en sus entrañas a Aquel que se anunció durante siglos. Es la mujer que, transparente en cuerpo, alma, vida y actitudes, nos enseña que el camino para llegar a Dios no es otro que el de la confianza y la esperanza en Él.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Gn 3, 9-15. 20) 

Ya en los albores de la creación, Dios anuncia la salvación. Es el primer anuncio de la Buena Nueva: el Hijo de Dios que compartirá nuestra condición humana.

SALMO RESP.:    (97, 1-4)      

R. Canten al Señor un canto nuevo, porque Él hizo maravillas.

2ª. LECTURA:     (Ef 1, 3-6. 11-12)   

Estas palabras de san Pablo son un canto de esperanza: nos manifiestan la predestinación de todos los hombres a ser hijos en el Hijo.

EVANGELIO:   (Lc 1, 26-38)

El mismo Señor, en las palabras del Ángel, nos devuelve la esperanza de la salvación. Aclamémoslo con el canto del Aleluya.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Unidos a nuestra Madre Santísima, en el día en que celebramos su Inmaculada Concepción, junto a estas intenciones que elevamos a nuestro Padre, pidámosle que Ella nos enseñe a caminar unidos hacia la casa paterna, a fin que toda la humanidad sea una sola familia.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"QUE LA LLENA DE GRACIA INTERCEDA POR NOSOTROS"

—Para que la Santa Iglesia y el Papa León XIV siga siendo signo del amor de Dios en medio de los hombres, mientras esperamos al Señor que ya viene a salvarnos, oremos...

—Para que nuestra Iglesia diocesana, en íntima unión con su obispo, asuma con responsabilidad el compromiso de ser anunciadores de la Buena Noticia de Jesús, oremos...

—Para que la paz en el mundo, que tanto necesitamos, se convierta en una realidad, por la conversión sincera del corazón de todos los hombres, oremos...

—Para que los más necesitados, los pobres de este mundo, encuentren en María Santísima su protección maternal, y que sea en sus vidas un motivo para seguir esperando, oremos...

—Por todas las familias de nuestra comunidad, para que por la auténtica conversión de nuestras vidas, apartándonos del pecado y la soberbia, nos preparemos convenientemente para recibir al Señor y celebrar con un auténtico espíritu cristiano la Navidad, oremos...

 

CELEBRANTE:

Escucha, Padre, nuestras oraciones y haz que siguiendo el ejemplo de la Virgen María, seamos dóciles a la inspiración de tu Espíritu, para poder llevar a Cristo a los hermanos y proclamar tu grandeza con nuestras alabanzas y la santidad de nuestras costumbres. Por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

En este pan y en este vino que ahora presentamos a nuestro Padre, ofrezcámosle nuestro humilde y perseverante trabajo de transformación de nuestro corazón, como señal de su presencia salvadora en nosotros.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

En la plegaria solemne de la Iglesia damos gracias a Dios recordando lo que ha hecho con la Santísima Virgen. Damos gracias porque a nosotros también nos ha llamado a la plena unión con Él por siempre.

COMUNIÓN:

En el Evangelio hemos escuchado el anuncio del Señor que viene a salvarnos: el Emmanuel, el Dios con nosotros; ese mismo Dios que ahora se nos ofrece en el sacramento del altar, y que así quiere ser nuestro alimento en esta espera.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Necesitamos un poco de luz en medio de la oscuridad y de la realidad del mal del mundo. Necesitamos, un personaje como María, que nos ayude a recuperar el sentido cristiano de la Navidad: limpios por dentro y bien dispuestos por fuera. ¡Viene el Señor! ¡María nos acompaña!

Nos despedimos cantando...

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