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Por Miguel Ángel Osimani |
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GUIONES LITÚRGICOS - AGOSTO 2025 / SEPTIEMBRE 2025 |
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Domingo 03 de agosto 2025 / 18° Domingo durante el año - Ciclo C
—BIENVENIDA:
Celebramos hoy el domingo décimo octavo durante el año, con esta Eucaristía que debe llevarnos a la actitud equilibrada del cristiano de hoy y de siempre, que viene dictada por la realidad que ha surgido en nosotros con el bautismo: resucitados con Cristo debemos buscar las realidades de arriba. Allí reside el sentido de nuestra vida.
El Señor hoy nos pone en guardia contra nuestra búsqueda equivocada de felicidad en la acumulación de riquezas, de bienes materiales, siendo la muerte la que marca el final de su posesión. La verdadera felicidad está en ser espiritualmente ricos a los ojos de Dios, riqueza que durará para siempre. Y Él nos dice que, como administradores de los bienes, debemos, con ellos, ayudar a los demás.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Ecle 1, 2; 2, 21-23)
Del Antiguo Testamento leemos este texto, que quiere expresarnos que el trabajo no debe ser todo en nuestra vida, que ante todo, debe estar orientada hacia Dios.
SALMO RESP.: (89, 3-6. 12-14. 17)
R. Señor, Tú has sido nuestro refugio.
2ª. LECTURA: (Col 3, 1-5. 9-11)
Buscar las realidades de arriba no es únicamente un consejo moralizante de san Pablo, sino una consecuencia de nuestra realidad de hijos de Dios.
EVANGELIO: (Lc 12, 13-21)
En esta parábola que vamos a escuchar en el santo Evangelio, Jesús nos enseña que la riqueza no es un mal en sí misma, ella nos hace muy difícil el camino hacia el Reino de Dios.
HOMILÍA
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Hermanos, como verdaderos hijos de un mismo Padre, presentémosle ahora nuestras necesidades, en la certeza que Él siempre nos escucha y nos concede todo aquello que nos asegura la verdadera felicidad: la vida eterna.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"SEÑOR, ESCUCHA NUESTRA ORACIÓN"
—Señor de la vida, te pedimos por la Santa Iglesia y el Papa León XIV, para que en su enseñanza podamos descubrir que lo importante no es amasar riquezas y honores, sino ser ricos a tus ojos, y que sólo así podremos vivir serenos y tranquilos, sin temer ni a la muerte ni a la vida, oremos...
—Te pedimos por nuestro obispo y nuestros sacerdotes, para que sus ejemplos de vida nos fortalezcan en la tarea de vivir como personas resucitadas, revestirnos de Cristo y dando muerte al hombre viejo, vivir como hombres nuevos, gobernados por la gracia de Dios, oremos...
—Te pedimos por nuestra querida Patria, para que todos los que habitamos esta tierra, trabajemos incansablemente porque una justicia tan largamente esperada, llegue a tantos hermanos que sufren a causa de su ausencia, oremos...
—Te pedimos por tantas familias de nuestra comunidad que se encuentran sufriendo, para que sientan tu mano providente y tu amor de Padre, en nuestra ayuda fraterna, oremos...
—Te pedimos por todos los que integramos esta comunidad, para que nunca cerremos nuestro corazón por el apego a las riquezas, sino que busquemos por sobre todas la cosas, el tesoro de la riqueza espiritual que da la verdadera felicidad, oremos...
CELEBRANTE:
Padre bueno, te pedimos que atiendas estas súplicas que hemos puesto en tus manos y nos concedas la fortaleza y sabiduría necesarias para que siempre busquemos, por sobre toda riqueza y seguridad material, los bienes eternos. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Un sincero compromiso a ser hombres nuevos, que buscan por sobre toda riqueza material, la verdadera, la del espíritu, es lo que ahora debemos ofrecerle a nuestro Padre del Cielo.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Con inmensa alegría elevemos nuestra acción de gracias a Dios, porque en su Hijo nos ha dado la felicidad eterna y el camino seguro para llegar a ella.
—COMUNIÓN:
El entrar en comunión con Cristo es entrar también en comunión con todos nuestros hermanos; es hacernos otros Cristo, con sus mismos sentimientos y con su mismo obrar.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Esta Eucaristía que hemos celebrado, debe producir en cada uno de nosotros, un sincero compromiso a no vivir ya más condicionado, en nuestra vida espiritual, por las convulsiones y preocupaciones de las riqueza materiales.
Nos despedimos cantando... |
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Domingo 10 de agosto 2025 / 19° Domingo durante el año - Ciclo C
—BIENVENIDA:
Esta Eucaristía, en este domingo décimo noveno, debe llevarnos a una toma de conciencia como verdaderos cristianos: somos sólo peregrinos y es en la fe como avanzamos hacia Dios; pero al creer, conocemos y sabemos que poseemos la vida eterna ya comenzada.
El Señor hoy nos muestra la actitud fundamental del cristiano, que debe vivir un estilo nuevo: espera el mundo futuro marchando al encuentro con Dios: peregrino en camino hacia la Patria definitiva del Cielo, siempre preparado para ese encuentro, que desea, busca y espera; en una esperanza activa, creadora, de fidelidad a sus compromisos como cristiano y ciudadano. Debemos vivir una fe total y absoluta en la Palabra de Dios, con una confianza ciega en ella, permaneciendo vigilantes y preparados para ese día.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Sb 18, 5-9)
Este texto sitúa al pueblo de Dios en la espera de la gloria, y es figura de la gran e interminable vigilia en que la Iglesia espera, a través de los siglos, el encuentro definitivo prometido por Cristo.
SALMO RESP.: (32, 1. 12. 18-20. 22)
R. ¡Feliz el pueblo que el Señor se eligió como herencia!
2ª. LECTURA: (Hb 11, 1-2. 8-19)
El autor de esta carta quiere hacernos ver la actitud de fe que la espera del Reino de Dios nos exige: nosotros esperamos al Señor, por ello debemos esforzarnos por recordar que no somos más que peregrinos.
EVANGELIO: (Lc 12, 32-48)
Jesús nos describe cuál debe ser la actitud de espera de los que quieren ser verdaderamente sus discípulos.
HOMILÍA
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Sabemos, con toda certeza, que nuestro Padre está siempre dispuesto a escucharnos, por eso ahora pidámosle por nuestras intenciones y las de todos los hombres, nuestros hermanos.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"SEÑOR, ESCÚCHANOS Y AUMENTA NUESTRA FE"
—Padre, te pedimos por la Iglesia, para que guiada por el Papa León XIV, sea siempre un recinto de verdad y amor, de libertad, de justicia y de paz, en esta espera de la venida de tu Hijo, viviendo cada momento con la misma intensidad con que viviríamos el último, oremos...
—Te pedimos por nuestro obispo, para que junto a él nuestra Iglesia diocesana crezca en la fe y en la fidelidad al Evangelio, oremos...
—Te pedimos por esta tierra en la que habitamos, para que todos nos preocupemos de verdad en compartir en la caridad, lo poco o mucho que tenemos, para que así podamos superar las dificultades por las que atravesamos, oremos...
—Te pedimos por todos los que sufren, los pobres, oprimidos, rechazados, desterrados, para que puedan descubrir que uniendo sus sufrimientos a los del Señor, podrán ser los primeros en el Reino de los Cielos, oremos...
—Te pedimos por toda nuestra comunidad, para que en la espera del mundo futuro, con una total confianza en tu misericordia, realicemos día a día el prodigio de vivir serenos y confiados, aún en medio de las más variadas dificultades que la existencia nos traiga, oremos...
CELEBRANTE:
Padre nuestro, tu Hijo nos ha dicho que estemos preparados y velando a la espera de su venida; concédenos la gracia de esperarlo, viviendo en medio de las seguridades de este mundo, como verdaderos peregrinos que sólo esperan saciarse de los bienes eternos de tu Reino. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Pongamos sobre la mesa del altar, junto al pan y el vino para el sacrificio, nuestro propósito de vivir como Jesús nos pide en el Evangelio: esperando y estando preparados en la espera.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
En los signos del pan y del vino se renueva el misterio de la salvación que esperamos. Con fe y alegría hagamos ahora nuestra acción de gracias al Padre.
—COMUNIÓN:
En esta comunión que ahora vamos a compartir con nuestros hermanos, ya pregustamos el banquete el Reino, al que hemos sido invitados y al que debemos peregrinar en gozosa espera.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Al iniciar nuestra semana con esta Eucaristía, recordemos que sólo si olvidamos lo que significa estar preparados, podemos llegar a ser sorprendidos por el encuentro con Cristo.
Nos despedimos cantando...
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Viernes 15 de agosto 2025 / SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
—BIENVENIDA:
La liturgia de hoy nos invita a dirigir nuestra mirada hacia la Virgen, a la que todas las generaciones llaman bienaventurada, porque el Poderoso hizo obras grandes por ella. esta antiquísima y querida solemnidad de la Virgen, que año tras año vuelve a alegrar el corazón de los creyentes, es una invitación a mirar hacia lo alto, a mirar a María glorificada también en su cuerpo, para que recuperemos el auténtico sentido de la existencia y nos animemos nuevamente a caminar con confianza por los caminos de la vida.
María, en cuerpo y alma en el cielo, es una señal para nosotros de las maravillas que Dios ha de obrar en aquellos que creen y esperan en Él. Es una señal que nos llama a la actitud propia de la existencia cristiana: la esperanza, aún en medio de las dificultades de este mundo; que nos llama al compromiso, poniendo manos a la obra en el servicio a tantos hermanos que necesitan de nuestra presencia, de nuestra ayuda.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Apoc 11, 19a; 12, 1-6a. 10ab)
María es figura de la Iglesia porque dio a luz al que sería el rey de todos los pueblos. Su asunción es signo para toda la humanidad de la victoria de nuestro Dios sobre el mal, el pecado y la muerte.
SALMO RESP.: (44, 10b-12. 15b-16)
R. ¡De pie a tu derecha está la Reina, Señor!
2ª. LECTURA: (1 Cor 15, 20-27a)
Cristo es la primicia de los que resucitaron de entre los muertos. María, tan próxima a su Hijo, por su fe, por su divina maternidad, ha compartido ya también su victoria sobre la muerte.
EVANGELIO: (Lc 1, 39-56)
En el santo Evangelio cantamos juntos con María, la alabanza del Dios que salva, del Dios de los pobres y humildes.
HOMILÍA
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Después de haber escuchado la Palabra de Dios y de guardarla en el corazón, oremos por intercesión de María, por todo aquello que Ella, glorificada en el cielo, desea para toda la humanidad.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"POR MARÍA, ESCÚCHANOS SEÑOR"
—Padre, para que la Iglesia y el Papa León XIV, siendo testimonio de pobreza y humildad, sea enaltecida por la fuerza de tu Espíritu, te pedimos...
—Para que podamos formar, junto a nuestros obispos, comunidades verdaderamente comprometidas en el servicio a los hermanos, sobre todo a los más pobres y sufrientes, te pedimos...
—Por la paz en el mundo, para para que el Señor conceda a las poblaciones y gobernantes, la sabiduría y la fuerza necesarias para llevar adelante con determinación el camino de la paz, te pedimos...
—Para que nuestra patria vuelva a ser tierra de María, en donde los hambrientos sean colmados de bienes, y los poderosos consideren que sus manos están vacías ante Dios, te pedimos...
—Para que todos los pobres, los humildes, encuentren en María la fortaleza en medio de sus necesidades, sabiendo que ellos son los bienaventurados de tu Reino, te pedimos...
—Para que todos los católicos, sabiendo que María ya está en el Cielo gloriosa en cuerpo y alma, como se nos ha prometido, nos renueve la esperanza en nuestra futura inmortalidad y felicidad perfecta para siempre, te pedimos...
CELEBRANTE:
Dios y Padre nuestro, escucha las plegarias y anhelos de tu pueblo que te suplica y concédenos ser, como María, servidores de los necesitados. Te lo pedimos por tu Hijo Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
En medio de un mundo que vive angustiado, los cristianos debemos ser una auténtica señal de esperanza; pongamos junto al pan y el vino nuestra disposición a serlo.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Como creyentes en Cristo resucitado, elevemos nuestra gozosa acción de gracias, porque María, primicia de la Iglesia gloriosa, comparte ya la Pascua del Señor.
—COMUNIÓN:
Jesucristo, nacido de María Virgen, que murió y resucitó para darnos a todos la plenitud de la vida, es el verdadero Pan de Vida, el alimento que ahora es nuestra comunión con Él y con nuestros hermanos.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Al volver a nuestros hogares, "pidamos a María que ayude a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo a vivir con fe y esperanza en este mundo, buscando en todas las cosas el Reino de Dios."
Nos despedimos cantando...
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Domingo 17 de agosto 2025 / 20° Domingo durante el año - Ciclo C
—BIENVENIDA:
Celebramos hoy el domingo vigésimo durante el año, y esta Eucaristía debe ayudarnos a vivir siendo signos de contradicción, como el anciano Simeón le dijo a María que sería el mismo Cristo; debe ayudarnos a vivir en un clima de permanente violencia al pecado que quiere trabarnos en su seguimiento.
El Señor hoy nos presenta a Jesús como enviado a poner fuego en la tierra; su misión no consiste en sembrar la división, pero de hecho la provoca, es por eso, signo de contradicción; ante Él no puede existir la indiferencia, sino su aceptación o rechazo. La fidelidad a Cristo nos exige una opción que frecuentemente supone desgarramiento y contradicción, nos exige el ser bautizados en la cruz. Él ha venido atraer el fuego del amor, para que el corazón de los hombres arda en el amor a Dios y a los demás.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Jr 38, 4-6. 8-10)
Este texto, que es histórico y concreto, nos muestra la vida del Profeta como un martirio continuado, ya que su misión es vivir pronunciando los juicios de Dios y acatando sus órdenes.
SALMO RESP.: (39, 2-4. 18)
R. ¡Señor, ven pronto a socorrerme!
2ª. LECTURA: (Hb 12, 1-4)
Esta carta nos presenta el significado de la prueba y el sufrimiento cristianos, el sentido de la violencia que se nos impone en diversa medida.
EVANGELIO: (Lc 12, 49-53)
Jesús se nos presenta como el que viene a instaurar el Reino, exigiendo una purificación que Él mismo se encargará de llevar a término.
HOMILÍA
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Jesús nos ha enseñado el verdadero amor por Dios y los hermanos, siguiendo su ejemplo elevemos nuestra oración al Padre, pidiéndole que escuche nuestras peticiones.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"SEÑOR, ENCIÉNDENOS CON EL FUEGO DE TU AMOR"
—Padre bueno, porque queremos que la Iglesia, bajo la guía del Papa León XIV, sea siempre fiel en su misión de iluminar el mundo con la luz del Evangelio, te pedimos...
—Padre santo, para que nuestra Iglesia diocesana asuma el compromiso que tenemos de anunciar la verdad y denunciar el peligro que nos acecha, con los criterios dominantes del materialismo y la violencia, te pedimos...
—Padre todopoderoso, porque queremos una patria en la que se terminen definitivamente los egoísmos personales y sectoriales, y en la que todos busquemos el bien común, preocupándonos fundamentalmente por los más pobres y necesitados, te pedimos...
—Padre misericordioso, por todos los que sufren, los pobres, oprimidos, rechazados, desterrados, para que puedan descubrir que uniendo sus sufrimientos a los del Señor, podrán ser los primeros en el Reino de los Cielos, te pedimos...
—Padre nuestro, para que todos los miembros de esta comunidad, no siendo ni tan prudentes ni tan cobardes a la hora de presentar tu mensaje, demos testimonio con nuestras vidas, de adhesión y fidelidad total al Evangelio, convirtiéndonos en elementos de unidad, de paz y de concordia, te pedimos...
CELEBRANTE:
Dios misericordioso, tu Hijo se ha manifestado al mundo como signo de contradicción, concédenos que también nosotros podamos, con nuestras vidas, ser portadores de su paz y amor en medio de la violencia que supone la firme adhesión a su persona. Por Jesucristo, nuestro Señor.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Ofrezcamos a Dios un compromiso cierto a ser en el mundo signos de contradicción, que seguimos a Cristo sin componendas con las exigencias del mundo.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Con fe y alegría hagamos ahora nuestra acción de gracias al Padre, por Cristo, que con el fuego de su amor, con su cruz y con su obediencia, nos ha purificado de nuestros pecados.
—COMUNIÓN:
El participar del Cuerpo de Cristo, nos implica también participar de su vida, de su misión: traer al mundo el fuego de su infinito amor por toda la humanidad.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Al finalizar nuestra Eucaristía dominical, volvemos a nuestros hogares, a nuestros ambientes, con el compromiso de ser portadores del amor misericordioso del Señor, y de estar dispuestos a vivir constantemente el desgarramiento y contradicción que supone el seguimiento de Cristo.
Nos despedimos cantando... |
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Domingo 24 de agosto 2025 / 21° Domingo durante el año - Ciclo C
—BIENVENIDA:
Nos encontramos en el domingo, el Día del Señor, reunidos en su nombre para la celebración de nuestra Misa dominical, y en cada Eucaristía que celebramos está el deseo de Dios que quiere reunir a los hombres de toda nación y toda lengua, siendo éste el deber misionero que hoy debemos vivir.
La celebración de hoy nos manifiesta el llamado universal del Señor a la salvación; llamado que Él dirige a todos los hombres, convocándolos libremente a formar parte de su Iglesia, y concediéndoles todas las gracias necesarias. Y en nuestra fidelidad de cada día a esta gracia de Dios, está la seguridad de la salvación, que no está reservada a una raza, sino a quienes reciben a Cristo. Él nos juzga por lo que realmente somos; a sus ojos lo que importa es la fidelidad al Evangelio.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Is 66, 18-21)
El Profeta nos anuncia el alcance universal de la salvación, a la que serán llamados todos los hombres, de todas las razas y de todos los pueblos.
SALMO RESP.: (116, 1-2)
R. Vayan por todo el mundo y anuncien el Evangelio.
2ª. LECTURA: (Hb 12, 5-7. 11-13)
Esta Epístola nos manifiesta que Dios es, por sobre todo, Padre, y si nos corrige es porque nos considera sus hijos y realmente nos ama.
EVANGELIO: (Lc 13, 22-30)
Jesús hoy es bien claro: la verdadera salvación depende de la conversión de nuestro corazón.
HOMILÍA
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Seguros del amor de nuestro Padre del Cielo, presentémosle ahora nuestro deseo de que su Reino llegue a todos los hombres, pidiéndole por su Iglesia y por toda la familia humana.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"TE LO PEDIMOS, SEÑOR"
—Por la santa Iglesia y el Papa León XIV, para que en su voz escuchemos la del mismo Jesús que se preocupa de señalarnos el camino que hemos de recorrer por medio de sus Mandamientos, el camino para gozar un día de la gloria eterna, oremos...
—Por nuestros obispos y todos nuestros sacerdotes, para que junto a ellos podamos formar comunidades auténticamente comprometidas con el anuncio del Evangelio, oremos...
—Por nuestra patria, para que se ponga fin a la fragmentación y enfrentamientos, que se manifiestan tanto en la impunidad, como en desencuentros y resentimientos y se busque, por sobre todo, saldar la deuda de la reconciliación que aún tenemos pendiente, oremos...
—Por todos los niños, en especial por los más pobres y abandonados, para que no les falte el alimento y las condiciones para desarrollarse plenamente y reciban una verdadera y auténtica educación en los valores transcendentales que proclamó Jesús, oremos...
—Por todos los miembros de nuestra comunidad, para que tomando conciencia de que somos libres para elegir el camino que queramos, y sin dejar de lado nuestra libertad y nuestra responsabilidad, Dios nos ayudará con gracias suficientes para seguir el camino que conduce a la puerta adecuada, oremos...
CELEBRANTE:
Señor, Padre nuestro, escucha lo que con fe te hemos pedido y concédenos la gracia de responder siempre a tu llamado, aún en medio de las dificultades de esta vida, para poder así alcanzar la eterna, Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
La ofrenda que el Padre espera de cada uno de nosotros, es el de nuestra fidelidad de cada día a cada una de las páginas del Evangelio de su Hijo.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Cantemos la alegría de la salvación, que el Padre en Cristo nos ha concedido, y démosle gracias por los caminos que Él nos ha marcado para poder alcanzar la Vida eterna.
—COMUNIÓN:
El Señor hoy nos ha dicho que tratemos de entrar por la puerta estrecha para ocupar un lugar en el banquete de su Reino. Comulgando con Él, con sus sentimientos y con nuestros hermanos, sobre todo con los más necesitados, podremos entrar por esa puerta.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
El deseo del Señor es atraer a todos los hombres, a todos sus hijos dispersos. Y la Iglesia de hoy debe vivir esta realidad y su deber misionero; y ésta es la tarea fundamental de cada uno de nosotros; y éste debe ser nuestro compromiso, fruto de la Eucaristía que hoy hemos celebrado.
Nos despedimos cantando... |
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Domingo 31 de agosto 2025 / 22° Domingo durante el año - Ciclo C
—BIENVENIDA:
Celebramos hoy el domingo vigésimo segundo durante el año. Y hoy Jesús nos invita al banquete de su Eucaristía, en el que debemos participar con las actitudes que Él mismo nos propondrá en el Evangelio.
El Señor hoy nos propone dos actitudes fundamentales de vida: la humildad y el amor. Esa humildad que significa reconocernos necesitados de Dios, actitud por la que Él obrará maravillas en nuestra alma, ya que Él bendice a los humildes y se manifiesta a quien es espiritualmente pequeño. Y en ese amor auténtico, que es dar y darse sin esperar ningún reconocimiento de los hombres, está presente el mismo Cristo.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Eclo 3, 17-18. 20. 28-29)
Este consejo del Antiguo Testamento al pueblo de Israel, que por la experiencia sabía perfectamente lo que era la humildad, hoy Jesús nos lo actualizará en el Evangelio.
SALMO RESP.: (67, 4-5a. c. 6-7b. 10-11)
R. ¡Señor, Tú eres bueno con los pobres!
2ª. LECTURA: (Hb 12, 18-19. 22-24a)
En esta carta, Pablo nos presenta una comparación entre la constitución del antiguo pueblo de Dios y la del nuevo pueblo de los bautizados.
EVANGELIO: (Lc 14, 1. 7-14)
En el Evangelio de hoy, Jesús nos propone dos consejos: uno para los invitados a un banquete: la humildad, y el otro para el que invita: ser desinteresado.
HOMILÍA
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Queridos hermanos, humildemente y seguros que nuestro Padre nos escucha y siempre nos concede todo aquello que necesitamos para ser de los que se sienten a su mesa, en el banquete del Reino, presentémosle nuestras intenciones.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"SEÑOR, ESCÚCHANOS Y HAZNOS HUMILDES DE CORAZÓN"
—Padre bueno, te pedimos por la Iglesia y Papa León XIV, para que el ejercicio de su ministerio pastoral sea el testimonio de humildad y servicio que necesitamos todos los hombres, oremos...
—Padre santo, te pedimos por nuestros obispos y todos los sacerdotes, para que sus ejemplos de vida nos ayuden a vivir en la alegría de la presencia de un Dios que nos quiere sabios, humildes y sencillos, y hermanos de todos los hombres, sin distinción, oremos...
—Padre, te pedimos por nuestra patria, para que todos: gobernantes y gobernados, trabajemos para hacer de esta nación una tierra en la que no exista más la inmoralidad y la corrupción, oremos...
—Señor de la vida, te pedimos para que nuestros hermanos más pobres y sufrientes sientan de verdad tu amor en el darles y darnos por ellos, con un corazón humilde y lleno de amor, oremos...
—Padre nuestro, te pedimos para que todos los que formamos esta comunidad, imitando a tu Hijo, no dejemos de dar y de darnos, porque sólo en eso está el auténtico amor y por tanto, la cercanía de Dios, oremos...
CELEBRANTE:
Dios rico en misericordia, te pedimos que atiendas estás súplicas que hemos puesto en tus manos y nos concedas que tu Espíritu nos ayude para que aprendamos a vivir según el espíritu del Evangelio de tu Hijo, y así poder gozar un día del banquete del Reino de los Cielos. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
En este pan y en este vino el Padre obrará el milagro de su amor; ofrezcámonos nosotros mismos para que también obre el milagro de transformar nuestros corazones.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Elevemos nuestro alegre canto de acción de gracias al Padre del Cielo, por ese inmenso amor suyo que se renueva en cada Eucaristía.
—COMUNIÓN:
Al participar del banquete de la Eucaristía, reflexionemos sobre lo que el Señor hoy nos ha dicho en su Evangelio, y que es condición para el banquete de su Reino: "todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado".
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Hoy Jesús nos ha hablado del amor auténtico, que es dar y darse, viendo en cada hermano a Él mismo; ésta debe ser nuestra reflexión de esta semana que hoy comenzamos, y que debe ser una realidad de nuestras vidas y no simplemente una teoría muy linda que nunca ponemos en práctica.
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Domingo 07 septiembre 2025 / 23° Domingo durante el año - Ciclo C
—BIENVENIDA:
Hermanos celebramos hoy el domingo vigésimo tercero durante el año. Y Jesús permanentemente nos recuerda que no es fácil ser su discípulo, por eso venimos a su celebración para escucharlo y pedirle su fuerza, su ayuda.
Necesitamos ser enseñados por Dios, ya que somos incapaces de conocer sus designios; y Él nos introduce en el mundo de lo divino, manifestando sus designios mediante su Hijo hecho hombre: Jesús, que nos enseña que es necesario amar a Dios con un amor absoluto, por encima de toda criatura, y que ocupe el primer puesto en nuestro corazón. Hoy Jesús nos llama a tomar conciencia que no es posible vivir el cristianismo a la ligera; la vida del discípulo exige aceptar el dolor y abrazar la cruz.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Sb 9, 13-18)
Esta lectura que vamos a escuchar nos habla de los planes misteriosos de Dios sobre el hombre y su historia, invitándonos a buscar las intenciones que Él tiene sobre cada uno de nosotros.
SALMO RESP.: (89, 3-6.12-14. 17)
R. ¡Señor, Tú has sido nuestro refugio!
2ª. LECTURA: (Flm 9b.10. 12-17)
Esta breve carta de Pablo está dirigida no sólo a Filemón, sino a todos; en palabras sencillas pero plenas de contenido cristiano.
EVANGELIO: (Lc 14, 25-33)
Jesús, en dos pequeñas parábolas que vamos a escuchar en el Evangelio de hoy, quiere invitarnos a una profunda reflexión antes de decidirnos a la renuncia para seguirle.
HOMILÍA
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Padre bueno, porque no sabemos dirigirnos a ti como deberíamos, te pedimos humildemente que nos infundas tu Santo Espíritu, para que él ore en nosotros.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"SEÑOR, ESCÚCHANOS Y DANOS FUERZAS EN TU SEGUIMIENTO"
—Por la Iglesia y el Papa León XIV, para que en su voz escuchemos hoy al mismo Jesús que nos llama a una fidelidad total a las exigencias del Evangelio, a ir contracorriente y pedir a Dios fuerza para seguir adelante, oremos...
—Por nuestra Iglesia diocesana, para que por el testimonio de nuestro Obispo y nuestros sacerdotes, sea ejemplo de una decidida opción por tu Hijo y su Evangelio, con total disponibilidad y un compromiso de vida para seguirle, hoy y siempre, oremos...
—Por nuestra querida patria, para que gobernantes y gobernados, asumamos el compromiso de trabajar para que la educación sea uno de los pilares fundamentales de nuestra nación y todos puedan acceder a ella, oremos...
—Por tantas familias que en nuestra comunidad y en nuestra patria carecen de lo indispensable para vivir dignamente, para que sientan tu amor de Padre en nuestra generosa ayuda, oremos...
—Por todos los miembros de nuestra comunidad, para que dando testimonio de que Dios es verdaderamente el centro de nuestras vidas, demostremos con hechos concretos nuestro compromiso radical con la misión de su Hijo, oremos...
CELEBRANTE:
Señor de misericordia, que despides a los ricos sin nada y colmas de bienes a los pobres, escucha las plegarias de quienes sinceramente desean se haga en todo tu voluntad. Te lo pedimos por tu Hijo Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Seguir a Cristo, renunciando a todo, incluso a nosotros mismos, es el ofrecimiento que ahora el Padre espera le presentemos junto al pan y el vino para el Sacrificio.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Jesucristo nos ha liberado de la esclavitud para que seamos realmente libres. Este es el mensaje que los cristianos debemos proclamar y vivir. Con el aliento que nos da el sentirnos libres, hagamos nuestra acción de gracias.
—COMUNIÓN:
Después del signo de la paz que expresa nuestra firme voluntad de amarnos los unos a los otros como Cristo nos amó, podemos unirnos a Él en la comunión, para que crezca en nosotros la fuerza de la vida cristiana.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Ser discípulos de Cristo nos exige el jugarnos totalmente por los demás, viendo en ellos al mismo Cristo y sintiendo sus necesidades como propias.
Nos despedimos cantando... |
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