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Por Miguel Ángel Osimani
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GUIONES LITÚRGICOS - NOVIEMBRE / DICIEMBRE 2024
   
-Domingo 24 de noviembre 2024 - 34º Domingo Ordinario - Cristo Rey
-Domingo 1 de diciembre 2024 - 1º Domingo de Adviento - Ciclo C
-Domingo 8 de diciembre 2024 - Inmaculada Concepción de María
-Domingo 15 de diciembre 2024 - 3º Domingo de Adviento - Ciclo C
-Domingo 22 de diciembre 2024 - 4º Domingo de Adviento - Ciclo C
-Martes 24 de diciembre 2024 - Noche Buena - Navidad, misa de medianoche
-Miércoles 25 de diciembre 2024 - Natividad del Señor - Navidad
-Domingo 29 de diciembre 2024 - Sagrada Familia de Jesús, María y José
-Miércoles 1 de enero 2025 - Santa María Madre de Dios
-Domingo 5 de enero 2025 - 2º Domingo de Navidad - Ciclo C
-Lunes 6 de enero 2025 - Epifanía del Señor
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Domingo 24 de noviembre 2024 / 34º Domingo durante el año - Solemnidad de Jesucristo Rey

—BIENVENIDA: 

"Hoy, último domingo del año litúrgico, celebramos la solemnidad de nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo. Al término del camino de un año, la Iglesia profesa que el que fue crucificado y resucitó es el Señor del mundo y de la historia: la luz de la Pascua se proyecta sobre todo el cosmos y lo ilumina. Es la luz del amor y de la verdad, que rescata el universo de la muerte, causada por el pecado y renueva el designio de la creación, para que todas las cosas adquieran su pleno significado y se reconcilien con Dios y entre sí."

El Señor del universo nos hace fijar hoy nuestra mirada en Jesucristo, no como rey temporal, sino como Rey espiritual, Rey de vida, que viene a reinar por el amor en el corazón de cada hombre, de cada familia y de toda la sociedad. Y Él nos llama a todos sus seguidores, no sólo a vivir el amor, sino a ser constructores de la civilización del amor, para que en nuestro mundo reine verdaderamente la justicia, la caridad y la solidaridad.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Dn 7, 13-14) 

El profeta Daniel presiente la llegada del día anhelado, en el que el grupo fiel a Dios, será exaltado y glorificado para siempre.

SALMO RESP.:    (92, 1-2. 5)      

R. ¡Reina el Señor, revestido de majestad!

2ª. LECTURA:     (Ap 1, 5-8)   

El apóstol Juan nos habla de Jesucristo glorioso, principio y fin, que con su entrega por nosotros nos ha hecho un pueblo real.

EVANGELIO:   (Jn 18, 33b-37)

Jesús nos dice muy claramente, en su Evangelio, que Él es el Mesías del Reino universal y eterno de Dios.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos, conociendo la infinita misericordia de Dios, nuestro Padre, que siempre nos escucha, unidos por la misma fe y la misma esperanza, dirijámosle ahora, por su Hijo, nuestra plegaria filial.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"POR CRISTO REY, ESCÚCHANOS SEÑOR"

—Señor del universo, te pedimos por la Iglesia y el Vicario de tu Hijo en la tierra, para que todos los hombres reconozcamos en su permanente testimonio de la verdad, a Cristo el Señor, oremos...

—Dios todopoderoso, te pedimos por nuestros obispos y todos los que cuidan de este pueblo tuyo, para que bajo su guía, caminemos hacia el Reino universal y eterno, formando una comunidad verdaderamente comprometida con la construcción de la civilización del amor, oremos...

—Señor de la historia, te pedimos por nuestra querida patria, para que tu Hijo Jesucristo sea realmente quien reine en ella, en nuestras vidas, en nuestras familias y en toda nuestra sociedad, oremos...

—Dios de todo consuelo, te pedimos por nuestros hermanos más necesitados, para que sea realidad cada vez más para ellos, la alegría del Reino de Jesucristo, reino de amor y de verdad, de justicia y de paz, oremos...

—Padre misericordioso, te pedimos por todos los fieles laicos, para que tomando conciencia de nuestra vocación y misión, asumamos el compromiso de ser protagonistas en la construcción de la sociedad, siendo verdaderos testimonios de servicio y entrega a nuestros hermanos, oremos...

 

CELEBRANTE:

Padre bueno, escucha lo que con fe te hemos pedido y concédenos el que siempre trabajemos comprometidamente para extender el Reino de tu Hijo a todos los hombres y a todo el mundo. Te lo pedimos por Él, que es Dios y contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Ofrezcamos a Dios toda nuestra vida, familia, trabajo y cosas, para que siendo verdaderos testigos de Cristo, allí donde Él nos colocó, demos testimonio de fraterna entrega al servicio de nuestro prójimo.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Demos gracias al Padre, de todo corazón, que en su infinita misericordia nos dio el gran don de su Hijo. Él nos ha abierto el camino del Reino y nos hace participar en la tarea de conducir por él, a todos nuestros hermanos.

COMUNIÓN:

Al acercarnos a comulgar, recordemos las palabras de Jesús: "Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino"; su Cuerpo es ya un anticipo de esta invitación.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Antes de comenzar, el próximo domingo, el nuevo año litúrgico, con el tiempo de Adviento, hemos celebrado la fiesta de Cristo Rey; que nuestro propósito al despedirnos, sea el de vivir cada vez más como discípulos y seguidores de este Rey, para construir así, ya ahora, en nuestro mundo, su Reino: la civilización del amor.

 

Nos despedimos cantando...

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Domingo 1 de diciembre 2024 / 1º Domingo de Adviento - Ciclo C

—BIENVENIDA: 

Hoy, la Iglesia Universal celebra el domingo primero de Adviento, iniciando un nuevo año litúrgico, y dentro de él, iniciamos concretamente, el ciclo "C".

"Este es el tiempo de la espera gozosa del Señor, que nos invita a prepararnos para su vuelta gloriosa con la conversión del corazón. Es el tiempo de estar vigilantes para descubrir mejor, en las diversas circunstancias de la vida, los signos de la presencia de Jesús; a quien lo busca fielmente no dejará de mostrarle el rostro del Padre celestial."

El Señor hoy nos llama a estar atentos, preparándonos para su venida, descubriendo su presencia entre nosotros, no sólo en la Eucaristía y en la Palabra, sino también en cada hombre. Y nuestra respuesta debe ser el llevar una vida verdaderamente sobria, sin dejarnos atrapar por las excesivas preocupaciones que nos propone el mundo, y reconociéndonos como peregrinos que caminamos, con gozosa esperanza, hacia la Patria definitiva del Cielo.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Jr 33, 14-16) 

En este breve fragmento, las promesas que el profeta Jeremías anuncia en nombre de Dios al pueblo judío, son promesas, también vigentes hoy, para cada uno de nosotros.

SALMO RESP.:    (24, 4-5a. 8-10. 14)      

R. A tí, Señor, elevo mi alma.

2ª. LECTURA:     (1Ts 3, 12 — 4, 2)   

Las palabras de Pablo son un clara exhortación para nuestra manera de vivir cada día. Escuchémoslas con suma atención.

EVANGELIO:   (Lc 21, 25-28. 34-36)

Escuchemos ahora al mismo Jesús que nos habla; Él nos anuncia la liberación definitiva. Lo aclamamos con el gozoso canto del Aleluya.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos y hermanas, con la confianza de que nuestra salvación está más cerca, pidamos a nuestro Padre del Cielo, que siempre nos escucha, por nosotros y por todos los hombres, nuestros hermanos.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"PADRE, AUMENTA NUESTRA ESPERANZA"

—Padre, al pedirte por la Santa Iglesia y por el Santo Padre, para que por su predicación, todos los hombres se conviertan y permanezcan en vigilante espera de tu Hijo que viene a salvarnos, te pedimos...

—Padre, porque queremos ser, junto a nuestros obispos y nuestros sacerdotes, aquellos que con humildad trabajen su corazón en este tiempo de adviento, capaces de intuir y vivir lo que el Señor nos trae: amor de Dios hacia el hombre, te pedimos...

—Padre, al pedirte por nuestra patria, para que todos, convirtiendo nuestro corazón, podamos construir una nación que viva verdaderamente de acuerdo a los valores del Evangelio, te pedimos...

—Padre, para que en cada necesitado, pobre, enfermo, abandonado, sin techo, sin trabajo, veamos al mismo Cristo que hoy también viene a nuestro encuentro, y lo recibamos, en ellos, como Él lo merece, te pedimos...

—Padre, para que todos, en nuestra comunidad, busquemos con ilusión al que nos busca y que las compras, las luces y los regalos no nos oculten la mano del hermano necesitado que se tiende a nosotros como una súplica callada que nos dice aquello de “estuve enfermo y solo y me visitaste”, te pedimos...

 

CELEBRANTE:

Padre, tú que no abandonas la obra de tus manos, mira a este pueblo que espera con fe la venida de tu Hijo, y por la intercesión de María, Virgen y Madre, escucha las súplicas que te presentamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Presentamos sobre la mesa del altar, el pan y el vino; junto con ellos presentemos también una sincera disposición a vivir en la gozosa y atenta espera del Hijo de Dios, que viene a nuestro encuentro en cada momento de nuestra vida.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Unamos nuestras voces y nuestros corazones en la acción de gracias a nuestro Padre del Cielo, que nos ha dado a su Hijo y nos ayuda, con su Espíritu, a una sincera conversión de nuestras vidas.

COMUNIÓN:

Jesús vino al mundo por María, vendrá glorioso al final de los tiempos, pero también viene diariamente a nosotros en la presencia de cada hermano necesitado y en este Pan con que ahora quiere alimentarnos.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Ante tantos nubarrones y tantos malos augurios sobre el presente y el futuro, debemos ser personas que inunden muchas realidades con el sabor de la fe y de la esperanza. Necesitamos de Alguien, que viene a nuestro encuentro, y nos empuja a ser sembradores de paz y de esperanza.

 

Nos despedimos cantando...

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Domingo 8 de diciembre 2024 / Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María

—BIENVENIDA: 

Celebramos hoy, junto a la Iglesia universal, la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.

"Esta significativa fiesta mariana se sitúa en el marco del Adviento, tiempo de preparación para la Navidad, caracterizado por la vigilancia y la oración. Tiempo en el que María nos acompaña y nos indica cómo hacer vivo y activo nuestro camino hacia la Noche Santa de Belén."

Y hoy el Señor nos anuncia, en las palabras del Ángel, la salvación que ya está cerca: su Hijo se hace hombre para que el hombre sea hijo de Dios. Y María es la mujer que acogió en sus entrañas a Aquel que se anunció durante siglos. Es la mujer que, transparente en cuerpo, alma, vida y actitudes, nos enseña que el camino para llegar a Dios no es otro que el de la confianza y la esperanza en Él.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Gn 3, 9-15. 20) 

Ya en los albores de la creación, Dios anuncia la salvación. Es el primer anuncio de la Buena Nueva: el Hijo de Dios que compartirá nuestra condición humana.

SALMO RESP.:    (97, 1-4)      

R. Canten al Señor un canto nuevo, porque Él hizo maravillas.

2ª. LECTURA:     (Flp 1, 4-11)   

Escuchemos ahora con mucha atención, las palabras de san Pablo, sobre cómo debe ser nuestra vida cristiana.

EVANGELIO:   (Lc 1, 26-38)

El mismo Señor, en las palabras del Ángel, nos devuelve la esperanza de la salvación. Aclamémoslo con el canto del Aleluya.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Unidos a nuestra Madre Santísima, en el día en que celebramos su Inmaculada Concepción, junto a estas intenciones que elevamos a nuestro Padre, pidámosle que Ella nos enseñe a caminar unidos hacia la casa paterna, a fin que toda la humanidad sea una sola familia.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"QUE LA LLENA DE GRACIA INTERCEDA POR NOSOTROS"

—Para que la Santa Iglesia y el Papa Francisco siga siendo signo del amor de Dios en medio de los hombres, mientras esperamos al Señor que ya viene a salvarnos, oremos...

—Para que nuestra Iglesia diocesana, en íntima unión con su Obispo, asuma con responsabilidad el compromiso de ser anunciadores de la Buena Noticia de Jesús, oremos...

—Para que la paz en el mundo, que tanto necesitamos, se convierta en una realidad, por la conversión sincera del corazón de todos los hombres, oremos...

—Para que los más necesitados, los pobres de este mundo, encuentren en María Santísima su protección maternal, y que sea en sus vidas un motivo para seguir esperando, oremos...

—Por todas las familias de nuestra comunidad, para que por la auténtica conversión de nuestras vidas, apartándonos del pecado y la soberbia, nos preparemos convenientemente para recibir al Señor y celebrar con un auténtico espíritu cristiano la Navidad, oremos...

 

CELEBRANTE:

Escucha, Padre, nuestras oraciones y haz que siguiendo el ejemplo de la Virgen María, seamos dóciles a la inspiración de tu Espíritu, para poder llevar a Cristo a los hermanos y proclamar tu grandeza con nuestras alabanzas y la santidad de nuestras costumbres. Por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

En este pan y en este vino que ahora presentamos a nuestro Padre, ofrezcámosle nuestro humilde y perseverante trabajo de transformación de nuestro corazón, como señal de su presencia salvadora en nosotros.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

En la plegaria solemne de la Iglesia damos gracias a Dios recordando lo que ha hecho con la Santísima Virgen. Damos gracias porque a nosotros también nos ha llamado a la plena unión con Él por siempre.

COMUNIÓN:

En el Evangelio hemos escuchado el anuncio del Señor que viene a salvarnos: el Emmanuel, el Dios con nosotros; ese mismo Dios que ahora se nos ofrece en el sacramento del altar, y que así quiere ser nuestro alimento en esta espera.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Necesitamos un poco de luz en medio de la oscuridad y de la realidad del mal del mundo. Necesitamos, un personaje como María, que nos ayude a recuperar el sentido cristiano de la Navidad: limpios por dentro y bien dispuestos por fuera. ¡Viene el Señor! ¡María nos acompaña!

 

Nos despedimos cantando...

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Domingo 15 de diciembre 2024 / 3º Domingo de Adviento - Ciclo C

—BIENVENIDA: 

Celebramos hoy el domingo tercero de Adviento, denominado "Gaudete", por la primera palabra de la antífona de entrada de este día: "alégrense", y que es precisamente la invitación anticipada a la alegría y que traduce perfectamente el espíritu tan especial que anima a todo este domingo: "el Señor está a punto de venir en el misterio de la santa Navidad y esto nos llena de gozo."

AMBIENTACIÓN:
(Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial)

El encuentro con el Señor es la causa de nuestra alegría; encuentro que nos libra de los temores y nos da paz y serenidad. Y Juan el Bautista hoy nos indica concretamente que, la conversión debe llevarnos a vivir el amor a Dios y al prójimo cumpliendo nuestros deberes, respetando la justicia y practicando la caridad.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (So 3, 14-18a) 

La Iglesia, la nueva Sión, escucha la invitación del Profeta; invitación a la alegría, porque el Señor está en medio de ella.

SALMO RESP.:    (Is 12, 2-6)      

R. ¡Aclamemos al Señor con alegría!

2ª. LECTURA:     (Flp 4, 4-7)   

Pablo nos exhorta a que esperemos la venida del Salvador, en una espera activa, plena de santidad y alegría.

EVANGELIO:   (Lc 3, 2b-3. 10-18)

En el santo Evangelio, Juan el Bautista nos invita a reflexionar en la preparación a la venida del Señor, como compromiso personal y comunitario de conversión.

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Jesús ha venido a traer al mundo la salvación prometida por los profetas y anunciada por Juan el Bautista. En Él hemos conocido el amor total del Padre y hemos creído. Por eso, ahora, con toda confianza, le presentamos nuestra plegaria.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"VEN SEÑOR, Y NO QUIERAS TARDAR MAS"

—Padre santo, al pedirte por la Iglesia y el Papa Francisco, para que siendo signo de tu amor en medio de los hombres, sea nuestra guía en la espera gozosa del Señor que viene a salvarnos, te pedimos...

—Padre todopoderoso, para que guiados por nuestros obispos y todos los que con él cuidan de este pueblo tuyo, en nuestras comunidades se realice una efectiva renovación, según el Espíritu de tu Hijo, te pedimos...

—Señor de la historia, para que todos, en este adviento, busquemos una sincera conversión de nuestras vidas y así construyamos una patria donde verdaderamente reine la justicia, la fraternidad y la solidaridad, te pedimos...

—Dios de todo consuelo, para que cada hermano necesitado, pobre, abandonado, con hambre, enfermo, injustamente marginado, pueda encontrar por nuestras actitudes concretas durante este tiempo, un motivo para seguir esperando, te pedimos...

—Dios rico en misericordia, para que todos los cristianos trabajemos comprometidamente en la conversión y preparación de nuestras vidas, para poder recibir en nuestro corazón al Señor Jesús, que viene a salvarnos, te pedimos...

 

CELEBRANTE:

Padre, fuente de todo don perfecto, escucha nuestras oraciones, y haz que siguiendo el ejemplo de la Virgen María, recibamos con fe sincera y profunda alegría al Emanuel que viene a salvar a todos los pueblos. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Este pan y este vino que ahora ofrecemos sobre la mesa del altar, deben ser un ofrecimiento de nuestras propias vidas, para que en ellas, y a partir de este día, nazca realmente el Salvador.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Por Cristo hemos conocido a Dios, es decir, la Verdad, la Vida, el Amor; pero Cristo sigue iluminando e impulsando nuestro camino hacia la Luz, hacia la Fiesta. Por eso hoy, solemnemente, demos gracias al Padre.

COMUNIÓN:

Un Niño nos ha nacido, un Hijo se nos ha dado: es el Príncipe de la Paz, que ahora se nos ofrece sacramentado para que también nosotros recibamos la luz que nos conduce hacia la Gloria de Dios.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Al terminar esta celebración llevemos a nuestros hogares el anuncio de alegría y de paz; pero que esta alegría no nos haga olvidar jamás que la paz se construye en la justicia, en el respeto a los derechos de nuestros hermanos, en la oración profunda y muy especialmente, en la solidaridad con los que sufren.

 

Nos despedimos cantando...

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Domingo 22 de diciembre 2024 / 4º Domingo de Adviento - Ciclo C

—BIENVENIDA: 

Celebramos el cuarto domingo de Adviento, y nos reunimos, a punto ya de celebrar la Navidad, en una espera tranquila, sincera, ilusionada del Señor. Abrámonos a su constante venida, y que esté muy presente en nuestra celebración de hoy, aquella joven llamada María, "que reconoció y acogió sin reservas al Hijo de Dios en su corazón, antes aún que en su seno virginal."

AMBIENTACIÓN:
(Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial)

Hoy el Señor nos invita, con las palabras de Isabel, a contemplar a la Madre de los creyentes para aprender a acoger y a dar a Jesús. Él viene a nosotros para iluminar nuestras vidas con su luz, para redimirnos y librarnos de toda esclavitud; y Él espera nuestra respuesta de amor: que ésta sea la fiesta del perdón, de la reconciliación y del verdadero encuentro con los hermanos, sobre todo, con los más necesitados.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Mi 5, 1-4a) 

Ya en las puertas de la Navidad, escuchemos hoy unas palabras que desde lejos, desde tiempos antiguos, nos anuncian la proximidad de Aquél que viene a salvar a su pueblo.

SALMO RESP.:    (79, 2ac.3b. 15-16. 18-19)      

R. Restáuranos, Señor del universo.

2ª. LECTURA:     (Hb 10, 5-10)   

Antiguamente los hombres no sabían cómo llegar a Dios, pero ahora todo ha cambiado, ya que se ha hecho presente entre nosotros un hombre que nos acerca totalmente a Él.

EVANGELIO:   (Lc 1, 39-45)

Escuchemos ahora, en el santo Evangelio, el anuncio de que Dios mismo viene a visitarnos, y es María Santísima quien nos lo trae. Cantemos el Aleluya: nuestra bienvenida al Señor que viene a salvarnos.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Y ahora, queridos hermanos, pensando en esta venida del Señor, que en días más vamos a celebrar, y atentos a las necesidades de todos, dirijamos nuestra plegaria al Padre.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"VEN SEÑOR, Y NO QUIERAS TARDAR MAS"

—Para que todos los hombres recibamos el mensaje de amor y de paz en lo más profundo de nuestro corazón, pedimos...

—Para que en el pueblo de Dios que peregrina en esta diócesis se realice una efectiva renovación, según el Espíritu de tu Hijo, pedimos...

—Para que en nuestra querida Patria esta Navidad signifique una real conversión de nuestras vidas, y allanando los senderos recibamos en nuestro corazón al Hijo de Dios que nos lo trae María, pedimos...

—Para que todos los que sufren, los que se sienten tristes y vacíos porque nada esperan, en la manifestación del amor de Dios descubran motivos de vida y de verdadera alegría, pedimos...

—Para que esta fiesta no sea una mera celebración material, sino que todos los creyentes celebremos profunda y espiritualmente la Navidad, con la alegría que el Señor viene a hacernos verdaderos hijos de Dios, pedimos...

 

CELEBRANTE:

Dios nuestro, que complacido por la fe de la Virgen la has bendecido entre todas las mujeres como Madre del Señor, por su intercesión acoge nuestras súplicas y haz que reconozcamos los signos de tu visita, dispuestos a colaborar en la llegada de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Presentemos a Dios, junto al pan y el vino para el sacrificio, un corazón limpio y abierto para recibir en nuestras vidas a su Hijo que viene a traernos la liberación.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Gracias a este memorial de la ofrenda hecha por Jesucristo, también nosotros, después de veinte siglos somos santificados para ser pueblo de la Nueva y eterna Alianza. Por eso cantemos al Padre nuestra alabanza.

COMUNIÓN:

María estaba en comunión profunda con Jesús, que llevaba en sus entrañas. Esta comunión la llevó a estar también, decididamente, con Isabel que la necesitaba. Que el fruto de nuestra comunión sea también el estar decididamente al lado de quienes nos necesitan.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

El martes a la noche es ya la Nochebuena, y recibiremos al Señor conmemorando el acontecimiento que hace 2000 años cambió la historia del hombre; pero es preciso que este acontecimiento sea un real cambio de nuestras vidas y no sólo un festejo más. Cristo es el signo de la ternura de Dios, que se hizo uno de nosotros para que nosotros pudiéramos ser hijos de Dios.

 

Nos despedimos cantando...

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Martes 24 de diciembre 2024 / Nochebuena - Navidad, misa de medianoche

—BIENVENIDA: 

Queridos hermanos, hemos venido peregrinando a lo largo de estas semanas de Adviento, en la espera del nacimiento del Salvador, y nuestra espera ha llegado a su fin: nuestro Salvador ha nacido y la fiesta de la Navidad nos llena de alegría, porque "con la encarnación del Verbo, el Creador ha sellado con los hombres un pacto de alianza eterna."

Pero es preciso que, todos y cada uno de nosotros, encontremos el sentido profundo de esta fiesta en nuestras vidas. Que la palabra de Dios que escucharemos y la Eucaristía que celebraremos, nos ayuden a acoger la venida del Señor en lo profundo de nuestro corazón.

La Navidad no es un simple hecho histórico, sino algo que se prolonga hasta el final de la historia, signo de nuestro misterioso renacer a la vida divina; y este nacimiento nos hace hombres nuevos, que debemos sentir, pensar, amar y obrar de manera nueva. Dios, viene hasta nosotros, pequeño y en un pesebre, para que comprendamos que, en la pequeñez, está el camino y la puerta para llegar y encontrarse con Él.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Is 9, 1-6) 

El Profeta eleva un canto de esperanza a su pueblo: con la llegada del Mesías llega la luz que ha de disipar definitivamente las tinieblas de sus vidas. Y ese canto se hace actual para cada uno de nosotros.

SALMO RESP.:    (95, 1-3. 11-13)      

R. Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor.

2ª. LECTURA:     (Tt 2, 11-14)   

El apóstol Pablo nos manifiesta que la gracia de la venida de Jesús, ha de hacer de nosotros hombres nuevos en la espera de su segunda venida gloriosa.

EVANGELIO:   (Lc 2, 1-14)

Escuchemos ahora con atención, en el santo Evangelio, el relato del que nace nuestra verdadera vida: Dios se ha hecho uno de nosotros para que nosotros pudiéramos ser hijos de Dios. Aclamémoslo con nuestro gozoso Aleluya.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos, en esta noche en que se manifestó la bondad y del amor de Dios hacia todos los hombres, poniendo nuestra confianza, no en nuestros méritos, sino en su misericordia, oremos humildemente a nuestro Padre del Cielo.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"POR CRISTO, LUZ DEL MUNDO, ESCÚCHANOS SEÑOR"

—Padre nuestro, que enviaste a tu Hijo al mundo para encarnarse no sólo por nosotros, sino en nosotros, te pedimos por la Iglesia y el Papa Francisco, para que esta Navidad fortalezca ese anuncio gozoso y todos los hombres escuchemos en él a tu Hijo, oremos...

—Padre nuestro, te pedimos por nuestros obispos y por nuestros sacerdotes, haz que con sus ejemplos podamos construir Iglesias diocesanas en la que todos abramos el corazón para hospedar a Dios, oremos...

—Padre lleno de amor, que enviaste a Jesús para hacernos verdaderos hijos tuyos, haz que todos, reconociéndonos como verdaderos hermanos entre nosotros, podamos construir una patria en la que reine la justicia, la fraternidad y la solidaridad, oremos...

—Padre rico en misericordia, que enviaste a tu Hijo a traer la verdadera alegría, haz que esta Navidad, la visita de la Virgen Madre, acompañe y enriquezca a los que están solos, a los que sufren, a los que están necesitados de pan y de amor, oremos...

—Padre nuestro, que enviaste a tu Hijo para que fuera la luz del mundo, haz que  en nuestra comunidad le ofrezcamos la posada de nuestro corazón, y nuestra mesa abunde de humildad, ternura, pobreza y amor, oremos...

 

CELEBRANTE:

Escucha, Padre Santo, nuestras plegarias y concede a cuantos celebran con alegría el nacimiento de tu Hijo Jesús, engendrado de la Virgen María, vivir libres de todo mal, hacer siempre el bien y enriquecerse con tus dones. Por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Vamos a presentar ahora, sobre la mesa del altar, el pan y el vino que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre del Señor, y que deben ser un verdadero signo del ofrecimiento de nuestras propias vidas, para que en ellas, y a partir de este día, nazca realmente el Salvador.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Por Cristo hemos conocido a Dios, es decir, la Verdad, la Vida, el Amor; pero Cristo sigue iluminando e impulsando nuestro camino hacia la Luz, hacia la Fiesta. Por eso hoy, solemnemente, demos gracias al Padre.

COMUNIÓN:

Un Niño nos ha nacido, un Hijo se nos ha dado: es el Príncipe de la Paz, que ahora se nos ofrece sacramentado para que también nosotros recibamos la luz que nos conduce hacia la Gloria de Dios.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Que hoy Jesús, en los brazos de María y bajo la mirada serena de José, nos haga renacer en nuestra fe. Nos haga conmover ante este Misterio y nos transforme en portadores de verdad, de bondad, de solidaridad y de perdón. ¡Feliz Navidad!

 

Nos despedimos cantando...

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Miércoles 25 de diciembre 2024 / Natividad del Señor - Navidad

—BIENVENIDA: 

Queridos hermanos, hemos venido peregrinando a lo largo de estas semanas de Adviento, en la espera del nacimiento del Salvador, y nuestra espera ha llegado a su fin: nuestro Salvador ha nacido y la fiesta de la Navidad nos llena de alegría, porque "con la encarnación del Verbo, el Creador ha sellado con los hombres un pacto de alianza eterna."

Pero es preciso que, todos y cada uno de nosotros, encontremos el sentido profundo de esta fiesta en nuestras vidas. Que la palabra de Dios que escucharemos y la Eucaristía que celebraremos, nos ayuden a acoger la venida del Señor en lo profundo de nuestro corazón.

La Navidad no es un simple hecho histórico, sino algo que se prolonga hasta el final de la historia, signo de nuestro misterioso renacer a la vida divina; y este nacimiento nos hace hombres nuevos, que debemos sentir, pensar, amar y obrar de manera nueva. Dios, viene hasta nosotros, pequeño y en un pesebre, para que comprendamos que, en la pequeñez, está el camino y la puerta para llegar y encontrarse con Él.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Is 52, 7-10) 

Escuchemos el grito de júbilo del Profeta porque Dios viene a visitar a su pueblo; porque el Señor viene a visitar a nuestro pueblo.

SALMO RESP.:    (97, 1-6)      

R. Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios

2ª. LECTURA:     (Hb 1, 1-6)   

Desde tiempos muy antiguos, Dios preparaba su obra salvadora, el momento que hoy celebramos: la venida de su Hijo, para darnos a conocer, muy de cerca, quién es Dios.

EVANGELIO:   (Jn 1, 1-18)

San Juan nos hablará de la Luz, de la Vida, de la Gloria y de la Gracia que han entrado en este mundo. Porque el Hijo de Dios ha venido a vivir en medio de nosotros. Cantemos jubilosamente el Aleluya.

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos, en este día en que se manifestó la bondad y del amor de Dios hacia todos los hombres, poniendo nuestra confianza, no en nuestros méritos, sino en su misericordia, oremos humildemente a nuestro Padre del Cielo.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"POR CRISTO, LUZ DEL MUNDO, ESCÚCHANOS SEÑOR"

—Padre nuestro, que enviaste a tu Hijo al mundo para encarnarse no sólo por nosotros, sino en nosotros, te pedimos por la Iglesia y el Papa Francisco, para que esta Navidad fortalezca ese anuncio gozoso y todos los hombres escuchemos en él a tu Hijo, oremos...

—Padre nuestro, te pedimos por nuestros obispos y por nuestros sacerdotes, haz que con sus ejemplos podamos construir Iglesias diocesanas en las que todos abramos el corazón para hospedar a Dios, oremos...

—Padre lleno de amor, que enviaste a Jesús para hacernos verdaderos hijos tuyos, haz que todos, reconociéndonos como verdaderos hermanos entre nosotros, podamos construir una patria en la que reine la justicia, la fraternidad y la solidaridad, oremos...

—Padre rico en misericordia, que enviaste a tu Hijo a traer la verdadera alegría, haz que esta Navidad, la visita de la Virgen Madre, acompañe y enriquezca a los que están solos, a los que sufren, a los que están necesitados de pan y de amor, oremos...

—Padre nuestro, que enviaste a tu Hijo para que fuera la luz del mundo, haz que  en nuestra comunidad le ofrezcamos la posada de nuestro corazón, y nuestra mesa abunde de humildad, ternura, pobreza y amor, oremos...

 

CELEBRANTE:

Escucha, Padre Santo, nuestras plegarias y concede a cuantos celebran con alegría el nacimiento de tu Hijo Jesús, engendrado de la Virgen María, vivir libres de todo mal, hacer siempre el bien y enriquecerse con tus dones. Por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Vamos a presentar ahora, sobre la mesa del altar, el pan y el vino que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre del Señor, y que deben ser un verdadero signo del ofrecimiento de nuestras propias vidas, para que en ellas, y a partir de este día, nazca realmente el Salvador.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Por Cristo hemos conocido a Dios, es decir, la Verdad, la Vida, el Amor; pero Cristo sigue iluminando e impulsando nuestro camino hacia la Luz, hacia la Fiesta. Por eso hoy, solemnemente, demos gracias al Padre.

COMUNIÓN:

Un Niño nos ha nacido, un Hijo se nos ha dado: es el Príncipe de la Paz, que ahora se nos ofrece sacramentado para que también nosotros recibamos la luz que nos conduce hacia la Gloria de Dios.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Que hoy Jesús, en los brazos de María y bajo la mirada serena de José, nos haga renacer en nuestra fe. Nos haga conmover ante este Misterio y nos transforme en portadores de verdad, de bondad, de solidaridad y de perdón. ¡Feliz Navidad!

 

Nos despedimos cantando...

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Domingo 29 de diciembre 2024 / Solemnidad de la Sagrada Familia de Jesús, María y José

—BIENVENIDA: 

"En el clima gozoso de la Navidad, la Iglesia, reviviendo con nueva admiración el misterio del Emmanuel, el Dios con nosotros, nos invita a contemplar hoy a la Sagrada Familia de Nazaret. En la contemplación de este admirable modelo la Iglesia descubre valores que vuelve a proponer a las mujeres y a los hombres de todos los tiempos y de todas las culturas."

AMBIENTACIÓN:
(Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial)

El Hijo de Dios hecho hombre, a quien adorábamos en el humilde pesebre, forma parte de una familia; familia que Él mismo nos pone como ejemplo, como ideal de toda familia humana; ejemplo de obediencia a la ley, ejemplo de amor y de unidad. y Él nos dice hoy: puedo vivir en cualquiera de las familias de ustedes. Y necesitamos que Él venga a vivir en cada una de nuestras familias, así realmente podremos vivir, nosotros y el mundo entero, en paz.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (1Sam 1, 20-22. 24-28) 

Este relato de la consagración a Dios de Samuel, figura de lo que vemos en el Evangelio, es también un testimonio y ejemplo para todos los padres, para todas las familias de hoy.

SALMO RESP.:    (83, 2-3. 5-6. 9-10)      

R. ¡Señor, felices los que habitan en tu Casa!

2ª. LECTURA:     (1 Jn 3, 1-2. 21-243, 1-2. 21-24)   

El Apóstol es bien claro: somos realmente hijos de Dios y en consecuencia, nuestras actitudes y toda nuestra vida debe ser de acuerdo a su gran mandamiento del amor.

EVANGELIO:   (Lc 2, 41-52)

En la proclamación del santo Evangelio se nos muestra a Jesús en el seno de una familia, asumiendo su realidad y siendo modelo para cada una de nuestras familias.

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Y ahora, queridos hermanos, como verdaderos hijos de Dios y hermanos los unos de los otros, dirijamos nuestra plegaria a Dios Padre por la gran familia universal.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"SEÑOR, QUE NUESTRAS FAMILIAS SEAN EJEMPLO DE AMOR"

—Padre, al pedirte por la Santa Iglesia y el Santo Padre, para que todo el mundo reciba su mensaje de paz, esa paz que tu Hijo nos trajo con su nacimiento, te pedimos...

—Padre, porque queremos que nuestra gran familia diocesana crezca en la imitación de la Sagrada Familia, viviendo auténticamente el Evangelio de tu Hijo, te pedimos...

—Padre, para que en todos los hogares de nuestra Patria se busque el perdón, el amor, la comprensión, el crecimiento y la gratuidad, y así tu Hijo pueda vivir en cada una de ellas, te pedimos...

—Padre, queremos que tantas familias necesitadas, sufrientes, que carecen de lo indispensable para vivir dignamente, descubran tu amor en nuestra solidaria entrega y así renazca en ellos la esperanza, te pedimos...

—Padre, para que nuestras familias sean comunidades de fe, en las que se enseñe que  el cielo es el hogar definitivo; que existe un Padre que nos ama con locura; un Hijo que murió por salvarnos y un Espíritu que nos anima y nos empuja para ser buenos cristianos, te pedimos...

 

CELEBRANTE:

Acepta, Padre bueno, las oraciones que te presentamos como familia reunida en tu nombre, y derrama la abundancia de los dones de tu Espíritu para que, dóciles a su voz, reine en todas las familias la paz y la concordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Junto a estas ofrendas, ofrezcámosle a Dios, nuestro Padre, nuestras familias, en un sincero compromiso de que en ellas se vivan ejemplos preclaros de virtudes domésticas.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Demos gracias a nuestro Padre del Cielo, que al darnos a su Hijo en el seno de la Sagrada Familia, nos dio el modelo para que, con nuestras familias, pudiésemos alcanzar la vida eterna.

COMUNIÓN:

Jesús quiere vivir en cada uno de nosotros, en cada una de nuestras familias, para construir en ellas una verdadera familia, portadora de paz y amor para todas las demás y para todo el mundo, por eso ahora se nos da como verdadero Pan de Vida.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Que la Sagrada Familia nos haga ser fuertes, valientes y decididos. Que este año, a punto de expirar, sea para nosotros una llamada a tomar conciencia del papel que hemos de jugar todos por recuperar, fortalecer y dar más vigor a nuestras familias en el conjunto de la sociedad.

 

Nos despedimos cantando...

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Miércoles 1 de enero 2025 / Solemnidad de Santa María Madre de Dios

—BIENVENIDA: 

Hermanos, nos encontramos aquí reunidos, en este primer día del año del Señor 2025, que iniciamos con esta celebración de la solemnidad de Santa María, Madre de Dios, que es la celebración más antigua de la Virgen en la Iglesia de Roma.

Y en este día celebramos la Jornada Mundial de la Paz, para pedir a Dios una bendición sobre todos nosotros en este año que comenzamos; sobre nuestras familias, sobre nuestro pueblo, implorando la paz, esa paz que tanto necesitamos.

El Señor nos muestra a María Santísima, la elegida de Dios Padre para que sea Madre de su Hijo, que nace hombre para darnos la filiación divina. "La Madre del Redentor camina con nosotros y nos guía, con ternura materna, hacia el futuro. Así, ayuda a la humanidad a cruzar todos los umbrales de los años, de los siglos y de los milenios, sosteniendo su esperanza en aquel que es el Señor de la historia." Como ella, sepamos estar atentos a lo que el Señor quiere decirnos, para poder descubrir en nuestra vida de cada día, la salvación de Dios.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Nm 6, 22-27) 

Escuchemos estas palabras de bienaventuranza; palabras con que los sacerdotes del Antiguo Testamento invocaban la protección de Dios sobre su pueblo. Es así también como Dios nos bendice a nosotros.

SALMO RESP.:    (66, 2-3. 5-6. 8)      

R. El Señor tenga piedad y nos bendiga

2ª. LECTURA:     (Ga 4, 4-7)   

San Pablo nos habla de la alegría de las fiestas de Navidad que estamos celebrando; nos ha llegado la salvación, la nueva vida de hijos del Padre, y nos ha llegado mediante un hombre como nosotros: el Hijo de María.

EVANGELIO:   (Lc 2, 16-21)

Es el mismo Señor quien ahora nos habla: es el Hijo de Dios que ha venido a vivir entre nosotros, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para librarnos de la esclavitud de la ley. Aclamémoslo jubilosamente cantando el Aleluya.

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos, por intercesión de la Virgen Madre, de quien hemos recibido al autor de la vida, Jesucristo, presentemos nuestra plegaria a nuestro Padre del Cielo.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"SEÑOR, CONCÉDENOS TU PAZ"

—Señor, te pedimos para que todos los cristianos podamos aportar nuestra propia piedra para la construcción de la casa común y hoy más que nunca, seamos verdaderos “artesanos de la paz”, oremos...

—Por nuestros obispos y sacerdotes, para que redoblen sus esfuerzos en formar una comunidad en la que todos trabajen juntos por el bien de la familia humana, oremos...

—Para que los pactos internacionales estén inspirados  en la paz que se basa  en el respeto de cada persona, del derecho y del bien común, de la creación que nos ha sido confiada y de la riqueza moral transmitida por las generaciones pasadas, oremos...

—Para que en nuestra patria, busquemos la paz con nosotros mismos y con el otro, rechazando la intransigencia, la ira, la impaciencia y teniendo “un poco de dulzura consigo mismo”, para ofrecer “un poco de dulzura a los demás", oremos...

—Para que en nuestras comunidades, la paz sea una conversión del corazón: la paz con nosotros mismos, con el familiar, el amigo, el extranjero, el pobre, el que sufre y la paz con la creación, redescubriendo la grandeza del don de Dios y la parte de responsabilidad que corresponde a cada uno de nosotros, oremos...

 

CELEBRANTE:

Padre eterno, principio y fin de todas las cosas, acepta con bondad las súplicas que te elevamos, por intercesión de la Virgen Madre de tu Hijo; concede a la humanidad la paz que el mundo no puede dar, y haz que te sirvamos con alegría todos los días de nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Con este pan y este vino ofrezcámonos nosotros mismos al Padre de las misericordias, con un compromiso de honrar todos los días de nuestra vida, con nuestra fe y nuestra conducta, la condición de hijos suyos que Él nos ha dado.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Con María, la Madre de Jesús y nuestra Madre, hagamos ahora nuestra acción de gracias, porque Dios Padre nos ha dado la salvación, nos ha dado a Jesús para que nos abriera el camino hacia el Reino definitivo y eterno de Dios.

COMUNIÓN:

Comencemos este año 2025 recibiendo a Jesús, el Príncipe de la paz, en su Palabra y ahora en este alimento de vida, para que sea la fortaleza, el gozo, la esperanza, que nos ayude a recorrerlo, de acuerdo con lo que el Señor nos ha enseñado.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Al iniciar este primer día del año, pidamos a María, la Madre de Jesús, que nos ayude a comprender y a vivir cada día la fraternidad que brota del corazón de su Hijo, para llevar paz a todos los hombres en esta querida tierra nuestra.

 

Nos despedimos cantando...

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Domingo 5 de enero 2025 / Segundo domingo después de Navidad

—BIENVENIDA: 

Celebramos hoy el segundo domingo después de Navidad, en el que seguimos contemplando el misterio del Hijo de Dios que se hace hombre a fin de que los hombres puedan llegar a ser hijos de Dios, y es así que nuevamente hoy escucharemos el relato de la venida del Verbo entre nosotros, relato que nos ha sido proclamado el día de Navidad.

Hoy el Señor nos manifiesta que su Sabiduría ha establecido su morada entre nosotros: su Hijo se ha hecho uno de nosotros: Él es la Luz y la Vida de todo hombre que viene a este mundo; Él es la última y definitiva manifestación de Dios, que hoy nos recuerda que hemos sido elegidos y destinados a la santidad.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Eclo 24, 1-2. 8-12) 

En este relato de la Sabiduría, está prefigurada la Encarnación del Hijo de Dios, que ha venido a establecerse entre nosotros.

SALMO RESP.:    (147, 12-15. 19-20)      

R. La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros.

2ª. LECTURA:     (Ef 1, 3-6. 15-18)   

El admirable designio de Dios sobre nosotros, provoca la admiración de Pablo, que pide al Espíritu que podamos entender la esperanza que nos da esta llamada del Padre.

EVANGELIO:   (Jn 1, 1-18)

Escuchemos ahora con suma atención, el comienzo del Evangelio de san Juan, donde nos expresa cómo el Hijo de Dios acampa en medio nuestro, siendo Él la Luz y la Vida. Cantemos el Aleluya.

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos y hermanas, pidamos al Espíritu de Dios que nos ayude en nuestra oración, en la que pedimos por las necesidades de la Iglesia, del mundo, de nuestros hermanos, y por nuestras propias necesidades.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"PADRE, POR CRISTO, LUZ Y VIDA DEL MUNDO, ESCÚCHANOS"

—Señor, que al entrar tu Hijo en el mundo has inaugurado el tiempo nuevo anunciado por los profetas, haz que tu Iglesia se rejuvenezca siempre, oremos...

—Señor, que con el nacimiento de tu Hijo nos has revelado tu fidelidad, haz que todos los que formamos esta Iglesia diocesana, seamos también fieles a las promesas de nuestro bautismo, oremos...

—Señor, que con él nacimiento de tu Hijo, por tus ángeles anunciaste la paz a los hombres, haz que todos los pueblos del mundo, sin distinciones, puedan alegrar sus corazones con la gracia de tu paz, oremos...

—Señor, que con la Encarnación de tu Hijo asumiste las debilidades de los hombres, dígnate ser luz para los que no ven, fuerza para los débiles, consuelo y amor para los pobres, oremos...

—Señor, que con el nacimiento de tu Hijo anuncias la alegría de una vida sin fin, haz que todos los cristianos permanezcamos siempre en ti y dando fruto abundante, alcancemos la Vida eterna, oremos...

 

CELEBRANTE:

Padre bueno, que tanto amaste al mundo que le diste a tu Hijo único como Salvador, escucha la oración de esta familia reunida ante ti y, por intercesión de santa María virgen, concede a todos los pueblos de la tierra los dones mesiánicos de la fraternidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Pongamos ahora sobre la mesa del altar, toda nuestra vida y todas nuestras cosas. Todo lo malo que hay en nosotros, para que el Padre lo transforme, y lo poco bueno para que Él lo aumente.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

El Padre nos ha predestinado, desde toda la eternidad, a ser sus hijos en Jesucristo, por eso ahora, con inmensa alegría, unamos nuestras voces y nuestros corazones para elevarle nuestro canto de acción de gracias.

COMUNIÓN:

La Palabra que se hizo carne y acampó entre nosotros se nos da ahora en la Eucaristía, exigiéndonos también nuestra aceptación, con fe y con amor, lo que será también nueva garantía de poder ser hijos de Dios.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Esta Eucaristía que hemos compartido en este inicio de un nuevo año, debe ser un estímulo para vivir en virtud del alimento que en ella hemos recibido, y ser así, verdaderos testimonios de que la Salvación de Dios ha llegado a nuestras vidas.

 

Nos despedimos cantando...

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Lunes 6 de enero 2025 / Solemnidad de la Epifanía del Señor

—BIENVENIDA: 

Celebramos hoy la Solemnidad de la Epifanía del Señor: la manifestación de Dios a todos los hombres, en su Hijo, Jesucristo, el Mesías. Precisamente, los Magos del relato evangélico, venidos de Oriente, simbolizan a los hombres de todas las razas y de todos los pueblos que descubren en Cristo al Hijo de Dios.

Hoy es el día en que conmemoramos, revivimos, el momento en el que Dios se manifiesta a los gentiles, es decir, cuando el Señor abre las puertas de su Reino a todos los hombres, sean o no hebreos, pertenezcan o no al pueblo judío. Hoy el Señor destruye todas las fronteras: con el nacimiento de Cristo una nueva estrella se enciende en lo alto de los cielos, su luz brilla con claridad y fuerza, es un signo visible del amor de Dios, de su llamada insistente y persuasiva para que cada uno siga el camino marcado por la luz de la fe en Cristo, un camino distinto para cada uno, pero igual para todos ya que a todos, sin distinciones, nos llama Dios a ser santos.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Is 60, 1-6) 

En esta profecía de Isaías, debemos contemplar a la Iglesia que es iluminada por la gloria del Mesías. Ella ha de convertirse en luz de todas las naciones, que acudirán para adorar el nombre del Señor.

SALMO RESP.:    (71, 1-2. 7-8. 10-13)      

R. Pueblos de la tierra alaben al Señor.

2ª. LECTURA:     (Ef 3, 2--6)   

El Apóstol nos dice que el mensaje salvador de Cristo alcanza a todos los pueblos, coherederos con el pueblo judío, de la misma gracia.

EVANGELIO:   (Mt 2, 1-12)

Cristo es la Luz, y con su estrella quiere guiarnos hacia Él. Hoy, como hace dos mil años, sigamos esa estrella y adoremos al Mesías, a quien ahora aclamamos cantando el Aleluya.

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Y ahora, queridos hermanos, con toda humildad y confianza, presentemos nuestra oración al Padre, llenos de fe en esta fiesta de la manifestación del Salvador, adorado por los magos.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"QUE TU LUZ NOS GUÍE SIEMPRE, SEÑOR"

—Padre, al pedirte por la Iglesia y el Papa Francisco, queremos que la fiesta de la epifanía del Señor nos anime a buscar siempre a Dios y a ser anunciadores y evangelizadores de su presencia entre nosotros, y por eso te pedimos...

—Padre, queremos que en nuestras Iglesias diocesanas, bajo la guía de nuestros obispos y nuestros sacerdotes, nuestras manos siempre estén tendidas y nuestras puertas abiertas para que entre todo el que, con sincero corazón, busque la verdad y el verdadero rostro de Dios, y por eso te pedimos...

—Padre, al pedirte por nuestra patria, para que todos los que la habitamos sepamos descubrir a Cristo como verdadero centro de nuestras vidas, te pedimos...

—Padre, al pedirte por los niños, para que sepamos hacerles descubrir que el gran regalo que nos haces, es el regalo de la fe, el regalo de la esperanza, el regalo del amor a Dios, te pedimos...

—Padre al pedirte por toda nuestra comunidad, para que purificando nuestro corazón y nuestra mirada, para ser verdaderos fermentos de unidad y amor entre los hombres, y con nuestras vidas iluminemos el camino de los que te buscan, te pedimos...

 

CELEBRANTE:

Acepta, Padre santo, las súplicas que te presentamos y concédenos caminar siempre como hijos de la luz, recorriendo con fe, esperanza y caridad el camino de la verdad y de la vida, manifestada por tu Hijo Jesucristo, Salvador del mundo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

En estos dones del pan y del vino, Jesucristo se nos va a ofrecer como sacrificio y se nos va a dar como alimento. Ofrezcamos el oro, el incienso y la mirra de nuestras propias vidas, en un deseo de entregarnos como adoración a Dios.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Uniendo nuestros corazones y nuestras voces, elevemos nuestra acción de gracias al Padre, que nos ha dado a su Hijo para liberarnos de las tinieblas con la luz de su resurrección.

COMUNIÓN:

El Señor se nos ha manifestado en la Palabra proclamada, y ahora en su Cuerpo y en su Sangre que debemos compartir fraternalmente, ya que todos estamos invitados a sentarnos a la mesa del Reino.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Al igual que aquellos hombres, que vinieron por un camino y se marcharon por otro; que vinieron con la ansiedad de quien busca y se marcharon con el gozo del que ha encontrado lo que tanto buscaban. El camino de ida era incierto y penoso, el de vuelta seguro y alegre... La estrella sigue brillando, "se han abierto los caminos divinos de la tierra", así nosotros debemos recorrerlos y encontrar a Cristo para seguir caminando con seguridad, con esperanza, con alegría y paz.

 

Nos despedimos cantando...

 
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