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LA FIDELIDAD EN LO POCO Y MUCHO
-Por Lic. Santiago F. Garavaglia-

En el Evangelio de Lucas, Jesús nos deja una enseñanza que ha resonado a lo largo de los siglos: "El que es fiel en lo poco, también lo será en lo mucho". Esta frase, nos invita a reflexionar sobre el papel de la fidelidad y la responsabilidad en nuestra vida cotidiana y cómo esta se relaciona con nuestra fe. Aunque las palabras de Jesús parecen simples, esconden un mensaje profundo que, incluso hoy, tiene mucho que decirnos.

Jesús dice:
"El que es fiel en lo poco, es fiel en lo mucho; el que es deshonesto en lo poco, es deshonesto en lo mucho. Si con el dinero sucio no han sido de confianza, ¿quién les confiará el legítimo? Si con lo ajeno no han sido de confianza, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes? Un empleado no puede estar al servicio de dos señores: porque odiará a uno y amará al otro o apreciará a uno y despreciará al otro. No pueden estar al servicio de Dios y del dinero." (Lc 16,10-13)

¿Qué Significa "Fidelidad en lo Poco"?

Este pasaje habla de la importancia de la lealtad y el compromiso en todas las áreas de nuestra vida. Jesús utiliza un principio muy simple: si eres honesto y fiel en las cosas pequeñas de tu vida, es probable que también lo seas cuando tengas grandes responsabilidades. Esto tiene sentido porque la manera en que manejamos lo que parece insignificante refleja nuestra actitud y carácter en situaciones más grandes.

En el contexto de la época de Jesús, los bienes materiales no solo eran esenciales para la supervivencia, sino que también marcaban las diferencias sociales. Sin embargo, Jesús nos enseña que lo importante no es cuánto tenemos, sino cómo utilizamos lo que se nos ha dado.

El Dinero como Prueba de Fidelidad

Cuando Jesús habla del "dinero legítimo", se refiere a la riqueza terrenal que, aunque necesaria, suele estar asociada con sistemas corruptos o injustos. En el tiempo de Jesús, las autoridades romanas imponían pesados impuestos sobre el pueblo judío, y muchas veces las riquezas se acumulaban a costa de la injusticia. Jesús no condena el uso del dinero, pero nos pide que seamos fieles incluso en un mundo injusto, gestionando nuestros recursos de manera ética y responsable.

El mensaje es claro: si no podemos ser confiables en el manejo de lo que tenemos en este mundo, ¿cómo podemos esperar ser confiados con las riquezas verdaderas, las que pertenecen al Reino de Dios?

Lo Terrenal y lo Eterno

Jesús nos advierte sobre el peligro de confundir lo temporal con lo eterno. En la frase "Si con lo ajeno no han sido de confianza, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes?", lo "ajeno" se refiere a las cosas de este mundo, las cuales, aunque útiles y necesarias, son pasajeras. Las verdaderas riquezas, según Jesús, son las espirituales: el amor, la justicia, la misericordia. Estas son las cosas que realmente nos pertenecen como hijos de Dios y que debemos valorar por encima de cualquier posesión material.

No Podemos Servir a Dos Señores

Finalmente, Jesús cierra este pasaje con una de sus declaraciones más conocidas: "No pueden estar al servicio de Dios y del dinero.". Aquí, utiliza una imagen muy fuerte, la de un esclavo que tiene dos amos. En la época de Jesús, un esclavo solo podía tener un dueño; tratar de complacer a dos sería imposible, ya que inevitablemente se terminaría favoreciendo a uno sobre el otro. Del mismo modo, no podemos vivir con el corazón dividido entre Dios y el dinero.

Este versículo nos desafía a preguntarnos a qué le damos prioridad en nuestra vida. ¿Es el dinero o el bienestar material lo más importante, o estamos buscando poner a Dios en el centro de nuestras decisiones? La advertencia de Jesús es clara: servir al dinero nos aleja de los valores del Reino de Dios, que se basan en el amor y la justicia.

Aplicación en la Vida Cotidiana

Este pasaje sigue siendo muy relevante hoy, en un mundo donde el éxito muchas veces se mide por la cantidad de dinero o posesiones que acumulamos. Jesús nos llama a cambiar nuestra perspectiva y ver las cosas pequeñas —nuestro trabajo diario, nuestras interacciones con los demás, el uso de nuestros recursos— como oportunidades para demostrar nuestra fidelidad.

Podemos ver ejemplos de esta enseñanza en otras partes del Nuevo Testamento. En Mt 6,24, Jesús también dice que no podemos servir a dos señores. Y en 1 Tim 6,10 Pablo nos advierte que "La raíz de todos los males es la codicia". Estas enseñanzas nos muestran que el problema no es tener dinero, sino cómo lo usamos y qué lugar ocupa en nuestro corazón.

Conclusión: Un Llamado a la Fidelidad

La enseñanza de Jesús en Lc 16,10-13 nos invita a reflexionar sobre cómo manejamos las cosas pequeñas en nuestra vida. Al final, la fidelidad en lo poco es una señal de que podemos manejar lo grande, pero más importante aún, nos recuerda que lo verdaderamente valioso no es lo que poseemos, sino nuestra relación con Dios y los demás.

En un mundo que nos invita constantemente a acumular más y más, Jesús nos desafía a ser fieles con lo que tenemos y a usarlo en servicio a los demás. No podemos servir a dos señores, y la verdadera riqueza no está en lo material, sino en lo eterno.

Esta reflexión nos anima a poner nuestras prioridades en orden y a recordar que todo lo que hacemos, incluso lo más pequeño, tiene un impacto en nuestra vida espiritual.

 

 

*Santiago Garavaglia es Licenciado en Teología
y estudiante de la Maestría en Teología
Dogmática en la Universidad Católica de Córdoba
https://elblogdelteologo.blogspot.com/
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