Oración para pedir la paciencia
Salvador paciente,
tú aceptaste, en el amargo cáliz
de la pasión y la muerte,
la voluntad de tu Padre celestial.
Oye mis lamentos,
y haz que tu ejemplo me anime e inspire
para soportar mis sufrimientos
como participación en tu aceptación.
Que la paciencia con que atravieso
mis momentos angustiosos,
pueda expresar la profundidad
de mi amor hacia ti,
Cristo crucificado.
Amén.
Oración por las madres
Señor, tú que nos diste en María la perfecta imagen
de madre y esposa, bendice a todas las madres del
mundo para que puedan lograr estar a la altura
de la noble misión que les has encomendado.
Hazlas fuertes, para mantener unidas a las familias.
Socórrelas en la difícil tarea de educar a sus hijos.
De modo especial, socórrelas en las enfermedades,
en el dolor y en todas sus necesidades.
Dales la fuerza para aceptar los sufrimientos
y para así unirse a Jesús crucificado.
Concede a todas las familias tu alegría, tu paz y tu amor.
Amén.
Oración de fe
Padre Todopoderoso, te alabamos en unión con María por habernos enviado a tu ungido para todos los pueblos.
Te agradecemos el gran don de la fe. Envíanos el Espíritu Santo, para que, encontrándote, nunca dejemos de buscarte, de conocerte mejor y de servirte más.
Haz de nosotros un Evangelio vivo para que todos cuantos te busquen puedan encontrarte más fácilmente.
Suscita en tu Iglesia un nuevo celo por la proclamación del mensaje de salvación y un gran deseo de que todos, con Jesús y María, nos convirtamos en tus adoradores en espíritu y en verdad.
Envíanos el Espíritu Santo, purifícanos para que, unidos con Jesús y María, te ofrezcamos con un corazón puro nuestros pensamientos, palabras y acciones como acción de gracias y alabanza.
Que el Espíritu Santo nos enseñe a alabar y honrar tu nombre en medio de las decepciones y los sufrimientos de la vida. Haznos mirra preciosa en honor de la muerte y sepultura de Jesús.
Oh, María, tu vida es una ofrenda de oro puro. Haz que tu alegría por las personas que encuentran a Jesús sea la nuestra. Intercede por nosotros, para que siempre y en todas partes demos un buen testimonio del mensaje salvífico y para que muchos canten juntos las alabanzas de Dios. Amén
Oración por los niños y niñas
Dios Padre, te damos gracias por el don de la vida de los niños, por el cariño y la alegría que nos regalan. Te pedimos con cariño por nuestros niños, para que puedan estudiar, jugar, alimentarse, vivir y crecer en un hogar lleno de amor.
Te pedimos también por cada niño y niña en el mundo, para que nunca les falte casa, cobijo, sustento y sobre todo el sentirse amados, valorados y acompañados por sus papás o por personas generosas que compartan su vida con aquellos que no tienen una familia.
Jesús niño, te pedimos que acojas en tus brazos especialmente a todos los niños y niñas del mundo que deben trabajar para vivir; a aquellos que no tienen papás; a aquellos que son amenazados, explotados y esclavizados; a los niños que sufren violencia en sus hogares, a aquellos que viven en la calle y a los que, teniendo todo materialmente pasan todo el día con los juguetes, la televisión o los videojuegos en vez de con su familia.
Espíritu Santo, te pedimos nos enseñes que el que ama comparte desde una sonrisa hasta su vida para que los pequeños que sufren tengan alimento y consuelo; te pedimos para que se termine en nuestra sociedad la cultura del egoísmo y nazca una nueva “cultura del dar”.
Jesús, Hijo amoroso del Padre, enséñanos a ver tu rostro en los niños que sufren en sus familias, en sus escuelas, en la calle o en sus propios cuerpos; ayúdanos a ayudarte en aquellos niños que necesitan de nuestro cariño, cercanía y alimento. Jesús niño, infunde la paz en nuestros hogares, en nuestros corazones y en todo el mundo.
Amén.
Gracias Padre, Hijo y Espíritu Santo
Te doy gracias Padre,
por lo que estás haciendo hoy en mi vida,
te doy gracias de todo corazón,
porque tú me sanas,
porque tú me liberas,
porque tú rompes las cadenas y me das libertad.
Gracias Señor Jesús,
porque ya no sufro,
estoy contento.
Todavía me queda una lágrima
que abraza los ojos cansados.
Recógela, Señor.
Es el don del pobre,
que te ofrece lo que todavía es suyo.
Sobre mi cabeza brilla
la luz de la claridad divina.
Te doy gracias, Espíritu Santo,
por la fe,
gracias por el amor que has puesto en mi corazón.
¡Qué grande eres, Señor Dios!
Bendito y alabado seas, Señor.
Amén.
Oración a san Pablo
Jesús, te alabo
por haber convertido a Pablo
de perseguidor
en incansable apóstol de la Iglesia.
Te alabo
porque escogiste al apóstol Pablo
como testigo y animador
de la total entrega a Dios
y al prójimo en el amor.
Te alabo
porque con la vida
y la palabra de san Pablo
me enseñaste la plena disponibilidad
a la voluntad del Padre
en todas sus manifestaciones.
Señor, que iluminaste con la fe
a muchísimas personas
por la predicación del apóstol Pablo;
concédenos experimentar
su protección
y ser como él
testigos de la verdad ante el mundo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
"Ven Espíritu Santo, y enséñame a esperar.
Porque las cosas que deseo no llegan rápidamente, enséñame a esperar.
Porque no puedo pretender que los demás cambien de un día para el otro, enséñame a esperar.
Porque yo mismo voy cambiando muy lentamente, enséñame a esperar.
Porque la vida tiene sus estaciones y todo llega a su tiempo, enséñame a esperar.
Para que acepte que no estoy en el cielo sino en la tierra, enséñame a esperar.
Para que no le exija a este día lo que no me puede dar, enséñame a esperar.
Para que reconozca que el mundo no puede estar a mi servicio, enséñame a esperar.
Ven Espíritu Santo, y enséñame a aceptar que muchas cosas se posterguen, para que valore lo que la vida me propone ahora, aunque sea pequeño, aunque parezca poco.
Ven Espíritu Santo, enséñame a esperar.
Amén."
Invocaciones al Espíritu Santo
¡Santo Espíritu!
Por intercesión de la Reina de Pentecostés
sana mi mente de la irreflexión, la ignorancia,
los olvidos, los prejuicios, los errores,
y engendra en todo mi ser la sabiduría,
Jesucristo Verdad.
Sana mi corazón de la indiferencia,
la desconfianza, las malas inclinaciones,
las pasiones, los sentimentalismos,
y engendra en mí los gustos, los sentimientos,
las inclinaciones de Jesús Vida.
Sana mi voluntad de la pereza, la ligereza,
la inconstancia, la desidia,
la obstinación, los malos hábitos
y engendra en mí a Jesucristo Camino;
el amor nuevo a todo lo que Jesucristo ama
y al mismo Jesucristo.
Eleva sobrenaturalmente:
la inteligencia con el don de entendimiento;
mi saber, con el don de sabiduría;
el conocimiento, con el don de ciencia;
la prudencia, con el don de consejo;
la justicia, con el don de piedad;
la fortaleza, con el don de fortaleza espiritual;
la templanza, con el temor de Dios.
Amén.
Beato Padre Santiago Alberione
El Espíritu de Dios está en nosotros – Por Víctor Corcoba Herrero -
Mar, si fuese río yo te daría todo mi cauce,
mis aguas cristalinas y mis versos transparentes,
mis sendas literarias y mis soledades convenidas,
¡por sólo un beso de tus olas en mi cuerpo!
Tierra, sí fuese camino yo te daría todos mis andares,
mis sueños de caminante y mis ensueños de poeta,
mis silencios acompasados y mis abecedarios sublimes,
¡por sólo una rosa de tus entrañas en mi alma!
Como soy parte de tu creación, yo te doy mi corazón
con el que navegar por el mundo mientras viva
y con el que enhebrar el más níveo de los poemas,
¡por sólo una espiga de luz en mi vida¡
Ayúdanos, Padre, a elevar nuestra voz a las alturas,
a permanecer en el amor y a ser amor,
a engrandecernos contigo y a ser tu belleza.
¡La belleza que habla de Dios,
y que con Dios se funde, por sólo un deseo!
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